Las elecciones en Uruguay no suelen ser un acto que genere incertidumbre en los mercados extranjeros. En general, quienes invierten en el país expresan que tienen la certeza de que, gane quien gane los comicios, las reglas de juego básicas continuarán igual. Pero este año hay un elemento que sí deja abierta una gran interrogante: el plebiscito de seguridad social, que promueve el movimiento sindical del país.
El PIT-CNT, la central sindical de Uruguay, promovió una recolección de firmas para que se vote, junto con las elecciones del próximo domingo, una enmienda constitucional que establece la edad de retiro en 60 años, que equipara la jubilación mínima al salario mínimo y que elimina los fondos privados de pensión (las AFAP, como se los conoce en el país).
Tanto el oficialismo como buena parte del Frente Amplio –menos los comunistas, los socialistas y otros sectores radicales de la coalición de izquierda– están en contra de la propuesta y advierten de los efectos negativos que tendría. Desde el exterior, también se alerta del profundo impacto económico que tendría el plebiscito si se aprueba.
La calificadora de riesgo Morningstar DBRS emitió un informe sobre el panorama electoral del Uruguay que se titula El plebiscito jubilatorio en Uruguay podría descarrilar la agenda del próximo gobierno. El documento –consignado por el diario uruguayo El País– expresa que se trata de “un tema de mayor preocupación desde la perspectiva del riesgo crediticio”.
“Liderado por el sindicato nacional (PIT-CNT), esta iniciativa reduciría la edad de jubilación a 60 años, elevaría las pensiones más bajas hasta igualar el salario mínimo y eliminaría las administradoras privadas de pensiones (AFAP). Las dificultades que podrían surgir de una reforma a tan gran escala del sistema de pensiones son múltiples”, describen.
“El aumento del costo pondría una presión significativa sobre las finanzas públicas a mediano plazo, especialmente a la luz del envejecimiento de la sociedad uruguaya. El resultado podría tener efectos reputacionales adversos en el mercado y conducir a mayores costos de endeudamiento para el gobierno. Además, eliminar las administradoras privadas de pensiones y transferir los activos de los fondos al sistema público dejaría al gobierno expuesto a desafíos legales”, agrega Morningstar DBRS.
La calificadora asegura que, pese a este “claro riesgo”, parece “poco probable” que la propuesta se apruebe el próximo domingo. Para que triunfe el Sí, se debe alcanzar el 50% más uno de los votos emitidos ese día.
“Es importante destacar que el plebiscito cuenta con la oposición de la coalición gobernante, así como de la mayoría de las facciones de la oposición, incluido el candidato presidencial del Frente Amplio (Yamandú) Orsi y el ex presidente José Mujica. Además, solo cuatro de los últimos 11 plebiscitos fueron aprobados, y aquellos que lo fueron contaban con un apoyo significativamente mayor en esta etapa de la campaña”, agrega.
Morningstar DBRS asegura que las elecciones en Uruguay “parecen demasiado reñidas como para predecir un ganador”, aunque destaca que Orsi es el “claro favorito” en la primera vuelta. Y más allá de quien gane, la agencia espera “una amplia continuidad en la política macroeconómica independientemente de quién gane las elecciones”.
“Los tres partidos principales coinciden en la importancia de unas finanzas públicas sostenibles, la estabilidad de los precios y una regulación sólida del sistema financiero. Ningún candidato propone cambios importantes, si es que propone alguno, en el marco fiscal, que se legisló al comienzo de la administración de Luis Lacalle Pou”, elogia la calificadora.
“Además, todos los candidatos presidenciables aspiran a mejorar el crecimiento económico mediante una combinación de microreformas, desregulación y una mayor integración a los mercados internacionales, aunque las medidas específicas pueden diferir”, señala.