El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, celebró este viernes la decisión de un juez de otorgar arresto domiciliario al periodista José Rubén Zamora, quien había permanecido más de 800 días encarcelado.
“Zamora vuelve a casa. La justicia comienza a llegar, el ciclo oscuro va a terminar”, escribió Arévalo en la red social X, tras conocerse el fallo que permite al periodista seguir el proceso en su contra desde su hogar.
La decisión fue dictada por el juez penal Erick García, quien argumentó que, “por razones de derechos humanos”, debía concederse a Zamora la medida de arresto domiciliario, dado que el tiempo que había pasado en prisión preventiva había superado los límites permitidos por la ley.
Zamora, de 68 años, fue detenido el 29 de julio de 2022, poco después de lanzar acusaciones de corrupción contra el entonces presidente Alejandro Giammattei. Desde su arresto, el periodista ha mantenido su inocencia y ha calificado su detención como una represalia por su labor periodística.
Persecución judicial y condiciones inhumanas
El proceso judicial que enfrenta Zamora ha sido ampliamente criticado tanto en Guatemala como a nivel internacional. Expertos señalan que la Fiscalía, liderada por Consuelo Porras y Rafael Curruchiche, ambos sancionados por Estados Unidos por ser considerados “antidemocráticos” y “corruptos”, ha actuado de manera parcializada en el caso del periodista.
Durante su encarcelamiento, Zamora se vio obligado a cambiar de abogado en al menos cuatro ocasiones.
Las condiciones de reclusión del periodista también fueron objeto de fuertes críticas. Un informe de expertos de la ONU, divulgado en agosto, reveló que el Zamora fue sometido a 20 meses de confinamiento solitario en una “oscuridad casi constante”, lo que equivale, según el informe, a un trato de “tortura”.
A pesar de estas condiciones extremas, las autoridades guatemaltecas no tomaron medidas inmediatas hasta la reciente llegada de Arévalo al poder, quien ha prometido poner fin a los abusos del sistema judicial.
La detención de Zamora ha sido condenada por múltiples organizaciones de derechos humanos y libertad de prensa, entre ellas Amnistía Internacional y Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Rebecca Vincent, directora de Campañas de RSF, expresó alivio por la liberación del periodista, pero advirtió que “Zamora seguirá privado arbitrariamente de su libertad mientras continúa luchando contra los casos espurios en su contra”.
Amnistía Internacional, que declaró a Zamora “preso de conciencia”, también ha hecho llamados para su liberación plena e incondicional.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, urgió a las autoridades guatemaltecas a garantizar un debido proceso y el respeto a la libertad de expresión.
La decisión de liberar a Zamora bajo arresto domiciliario coincidió con la primera semana de funciones de la nueva Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Guatemala, cuyos magistrados fueron elegidos en un proceso supervisado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
El presidente Arévalo ha expresado su confianza en que esta nueva etapa marcará un cambio en la lucha contra la corrupción y en la protección de los derechos humanos en el país. De los 13 magistrados que asumieron, solo tres fueron reelectos, lo que ha sido interpretado como un intento por renovar el sistema judicial guatemalteco.
A pesar de su liberación, José Rubén Zamora continúa enfrentando cargos que incluyen lavado de dinero y obstrucción de la justicia. La Fiscalía ha anunciado que apelará la decisión de arresto domiciliario, argumentando que “persiste el peligro de fuga”. Sin embargo, Zamora ha dejado claro que no abandonará el país y seguirá luchando por su inocencia.
En julio de 2024, la Fundación Gabo de Colombia reconoció la labor de Zamora al otorgarle el Premio Gabo a la Excelencia, un homenaje a su lucha por la transparencia y la libertad de prensa.
(Con información de EFE y AFP)