La diputada comunista Micaela Melgar tenía contacto frecuente con Martina Casas en el Parlamento uruguayo, donde se desempeñaba como la secretaria del legislador del Frente Amplio Gustavo Olmos. Un día, Casas recibió en su casa a un grupo de amigas, entre ellas Melgar, y les contó una situación que venía sufriendo: Olmos, su jefe, la acosaba sexualmente.
Martina Casás tenía entonces 29 años y pertenecía, al igual que Olmos, al sector Marea Frenteamplista, un espacio socialdemócrata dentro del Frente Amplio, la coalición de izquierda uruguaya. Olmos, un referente de esa bancada, tenía 62. Según denunció la ahora ex diputada, Olmos ejercía sobre ella acoso sexual al darle “besos”, “abrazos de despedida de jornada” y “toque en sus glúteos sin el consentimiento”. También aseguró que su compañero se “sobrepasó” en algunas invitaciones para “estar juntos” en recorridas por el interior.
Esta situación derivó en una denuncia de acoso sexual y laboral, primero ante su sector político y luego ante la Justicia penal y laboral. Casas demandó a Marea Frenteamplista por despido directo y abusivo y le reclama una indemnización de $ 1 millón (unos USD 25 mil), según informó este miércoles el diario El País. El viernes declararon los testigos que presentó ante la Justicia Casás: la diputada Melgar y la presidenta de la Comisión de Género del Frente Amplio, Patricia González.
Fue en ese ámbito que, según la declaración consignada por el medio uruguayo, Melgar contó los contactos frecuentes que mantenía con Casas.
“A Casas la conocí cuando empezó este período parlamentario porque trabajaba en el Palacio. Ella trabajaba como secretaria, asesora, y yo como diputada suplente desde el 2020″, comentó. Melgar aseguró que la denunciante tenía con Olmos “un vínculo laboral de jefe, más de secretaria que de asesora, porque estaba todo el tiempo llevándole cosas”. La defensa de Olmos, en cambio, niega esta asimetría de poder ya que asegura que Casás no era asesora sino diputada suplente.
Fue en noviembre del año pasado cuando Casas recibió a un grupo de amigas y les contó el acoso sexual que ejercía Olmos sobre ella.
“Nos contó que venía sufriendo una situación de acoso sexual por parte de Olmos, su jefe, que venía pasando desde hace como un año y que se lo había contado a Patricia (González) porque necesitaba hablarlo con alguien, que no quería ir más al Palacio, que no daba más la situación”, relató Melgar ante la Justicia.
“Cuando nos contó, fue un shock, pero un poco tuvo sentido porque hacía tiempo que Martina estaba desaparecida del Palacio; cobró sentido la situación que estaba relatando, se puso a llorar, quedó toda roja”, recordó Melgar ante la Justicia.
Casás le contó a Melgar algunas situaciones incómodas que vivió junto a Olmos, como cuando la llevó a la Represa de Salto Grande, la hizo bajar del auto y la abrazó de forma “indebida”, según esta versión. “La manoseó (…) y le dio besos en la cabeza”, contó Melgar.
Lo mismo pasó en Maldonado. Olmos hizo que Casas lo abrace cuando los dos estaban en malla, con el cuerpo mojado. “Le fue dando besos más cerca de los labios cada vez que la saludaba. Eso pasaba de noche cuando hacían las recorridas; le daba besos cada vez más cerca de la boca, se notaba que la toqueteaba”, aseguró Melgar.
La diputada comunista relató otro episodio en el que Olmos, tras días sin verse con Casás, le dijo que la extrañaba mucho y le dio “tres besos en la boca”. “También me dijo que una vez le tocó la cola en uno de los abrazos que le dio. Vi besos en la cabeza asquerosos”, señaló.
Además, Melgar relató que una vez el ex presidente de la Cámara de Diputados Sebastián Andújar le contó una confesión de Olmos. “Nos dijo que no podía creer lo que le había contado Olmos, que se había mandado una cagada con Martina”, aseguró Melgar.
La semana pasada, Búsqueda informó que el sector de Olmos, en tanto negó el abuso de poder argumentando que Casás no es “una niña” y el acusado “renguea” al caminar.