Santa Cruz de la Sierra amaneció otra vez cubierta de humo por los 27 incendios aún activos

La calidad del aire volvió a empeorar en la ciudad más próspera de Bolivia y a la vez más afectada por los focos. El fuego ha consumido más de diez millones de hectáreas y se considera el mayor desastre ambiental del país

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Vista de la zona empresarial de Equipetrol cubierta de humo, el 15 de octubre de 2024, por los incendios forestales que permanecen activos.
Foto: José Luis Arias
Vista de la zona empresarial de Equipetrol cubierta de humo, el 15 de octubre de 2024, por los incendios forestales que permanecen activos. Foto: José Luis Arias

Los incendios forestales en Bolivia han sumido a la región oriental del país bajo una capa de humo que no da tregua desde hace casi de dos meses. Tras un fin de semana en el que se registró una leve mejoría en la calidad del aire, este lunes y martes los niveles de contaminación en Santa Cruz de la Sierra volvieron a la categoría de “muy mala” y superaron los 200 puntos en el Índice de Calidad de Aire (ICA), según el registro del portal especializado en esta medición IQ Air.

Desde finales de agosto que la calidad del aire oscila entre “regular” y “peligrosa”, lo que ha ocasionado la interrupción de operaciones áreas y las actividades escolares presenciales durante varios días. La situación es aún más compleja en las comunidades cercanas a los incendios, donde incluso se ha llegado a evacuar a la población para evitar complicaciones en su salud.

Según el Centro de Operaciones de Emergencia Departamental, el lunes habían 27 incendios que seguían activos en 14 municipios de Santa Cruz, de lejos el departamento más afectado por el fuego, donde las llamas han arrasado 7,3 millones de hectáreas de las más de diez que se quemaron en todo el país. Los municipios más afectados son Concepción, San Ignacio de Velasco, Roboré y Urubichá, ubicados en la región de la Chiquitanía que era una de las principales atracciones culturales y turísticas del departamento.

Pese a la danza de cifras que ofrecen todas las instituciones del Estado sobre las descargas de agua, la entrega de alimentos para los afectados o las operaciones técnicas para mitigar el fuego, las acciones no son suficientes. El país lleva 135 días de incendios desde que se registró el primero el 2 de junio en el Parque Nacional Otuquis, en la frontera con Brasil.

A inicios de septiembre, pobladores de Ascensión de Guarayos, en Bolivia, llegaron a pedir de rodillas que llueva para apagar los incendios de la región.
A inicios de septiembre, pobladores de Ascensión de Guarayos, en Bolivia, llegaron a pedir de rodillas que llueva para apagar los incendios de la región.

En lo que va del año, se han quemado más de 10,1 millones de hectáreas en todo el país, según un informe presentado por la Fundación Tierra, lo que supera ampliamente todos los récords históricos. De ese total, 5,8 millones de hectáreas (58%) corresponden a cobertura boscosa, que en mayor proporción se encuentra en los departamentos de Beni y Santa Cruz.

Quemas y causas detrás del fuego

Datos presentados por el Instituto Nacional de Reforma Agraria, y publicados por el diario El Deber, muestran que la mayor afectación por tipo de propiedad se dio en tierras fiscales no disponibles (28%) -como parques nacionales, áreas protegidas y reservas forestales-, en propiedades medianas y empresariales (28%), y en tierras campesinas y comunitarias de origen (26%).

Según un análisis de la Fundación Tierra los incendios responden principalmente a dos factores. Por un lado a “a una intencionalidad estatal de ampliar la frontera agrícola y pecuaria” que tiene una correlación directa entre el agronegocio en el oriente y el incremento paulatino de la deforestación y los incendios en el país. Por otro lado, a las políticas de distribución de tierras que se han aplicado “buscando favorecer intereses sectoriales, gremiales y de poder” y que han generado acciones ilegales como avasallamientos ilegales y la quema de bosques sin permiso para “justificar” la apropiación de tierras, indica una publicación de la organización.

El 30 de septiembre, el presidente de Bolivia Luis Arce declaró "desastre nacional" por los incendios forestales, cuando se habían consumido cerca de 7 millones de hectáreas.

Foto: Facebook Luis Arce
El 30 de septiembre, el presidente de Bolivia Luis Arce declaró "desastre nacional" por los incendios forestales, cuando se habían consumido cerca de 7 millones de hectáreas. Foto: Facebook Luis Arce

Adicionalmente, en Bolivia existe la tradición de quemar la tierra para prepararla para los cultivos agrícolas, una práctica que localmente denominan “chaqueo” y que debido a la sequía que atraviesa la región, fácilmente se salen de control y generan una devastación mayor.

Entre otras acciones, el Gobierno nacional ha declarado desastre ambiental para facilitar la asignación de recursos de otras partidas para atender la emergencia y ha emitido una “pausa ambiental indefinida” con la cual se prohíben las licencias de quema y se revocan las que estaban vigentes hasta el 11 de septiembre.

Más allá de las medidas temporales, la devastación ambiental pondrá en agenda el debate sobre las políticas de gestión forestal y desafiará a pensar nuevas medidas ambientales en un año preelectoral marcado por la falta de acuerdos políticos.

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