Una ola de violencia sacudió las provincias costeras ecuatorianas dejando un saldo de 19 muertos en seis días. Esto pese al estado de excepción decretado por el gobierno de Daniel Noboa.
En Durán, provincia de Guayas, se produjo el ataque más grave, con siete fallecidos en un solo incidente y otros dos asesinatos poco después, según reportó Expreso. La Policía Nacional atribuye estos hechos a disputas entre los grupos criminales Latin Kings y Chone Killers, clasificados como terroristas desde enero de 2024. Esta situación ha generado miedo en Durán, donde ya se habían registrado 10 asesinatos entre el 8 y 9 de octubre, sumando un total de 19 víctimas en menos de una semana, a pesar de los intentos del gobierno por controlar la violencia.
En la provincia de Manabí, en la zona rural de Portoviejo, cuatro miembros de una familia, incluido un menor de edad, fueron asesinados en su vivienda por hombres armados. La policía informó que ninguna de las víctimas tenía antecedentes penales. Mientras tanto, en el cantón La Libertad, en la provincia de Santa Elena, un hombre vinculado a la barra del Barcelona Sporting Club fue asesinado, lo que elevó a seis las víctimas en ese territorio desde el jueves, entre ellas un policía, de acuerdo con el medio local.
En Quinsaloma, provincia de Los Ríos, tres hombres fueron brutalmente asesinados en el recinto Pambilar de Calope, con señales de haber sido golpeados antes de morir. Dos de las víctimas tenían antecedentes penales, y la policía investiga la relación de estos crímenes con actividades delictivas en la zona. Además, en Jaramijó (Manabí) y Babahoyo (Los Ríos) se reportaron otras muertes violentas, completando un fin de semana de alta criminalidad en diversas regiones del país.
La escalada violenta en Ecuador ha sido impulsada en gran parte por su ubicación geográfica estratégica que lo convierte en un punto clave para el tránsito de drogas hacia mercados internacionales, especialmente en Norteamérica y Europa. Su extensa costa en el Pacífico y la proximidad a países productores como Colombia y Perú han facilitado la actividad de cárteles y grupos criminales, que ahora operan en varias provincias del país, convirtiendo a Ecuador en un corredor del narcotráfico. Esto ha intensificado las disputas territoriales entre bandas locales, que buscan controlar rutas y puertos estratégicos, lo que ha producido un aumento en los homicidios y la criminalidad en general.
Además del narcotráfico, las bandas narcoterroristas han diversificado sus actividades, incluyendo extorsiones, secuestros y el cobro de “vacunas” (impuestos forzados) a comerciantes, transportistas y otros sectores productivos. Los pequeños negocios, especialmente en las provincias costeras, se ven asediados por estas demandas económicas, y quienes no cumplen con los pagos sufren represalias, que van desde atentados con explosivos hasta sicariatos.
Estas formas de extorsión y violencia han obligado a miles de personas a migrar en busca de seguridad y estabilidad en otros países. La mayoría han viajado a través del Darién, de manera irregular, a los Estados Unidos.
En este escenario, en su más reciente informe, el bloque de seguridad del país aseguró que hay una tendencia a la baja en las muertes violentas: “Las cifras de homicidios intencionales a nivel nacional se mantienen con una reducción del 18% entre el 1 de enero y el 6 de octubre de 2024, en comparación con el mismo periodo en 2023″. Fausto Íñiguez, comandante General de la Policía Nacional, indicó que en Manta, “la intervención del Bloque de Seguridad redujo los homicidios intencionales en un 35% entre el 06 de junio y el 06 de octubre de 2024. En Durán, desde el 01 de julio al 06 de octubre de 2024, la reducción fue del 15 por ciento. Es decir, de 171 homicidios intencionales entre las fechas mencionadas en 2023, a 145 homicidios intencionales en el mismo periodo en 2024″.