El hombre de 26 años escribió en un chat: “Lo voy a matar a este salame”. En la galería de imágenes de su celular tenía una foto de Mauro Martínez –el “Gordo Mauro”, como le decían sus allegados–, un narco uruguayo acusado de haber robado cocaína y que había sobrevivido a dos ataques a quemarropa.
El “Gordo Mauro” esperaba en la noche de ese martes 18 de septiembre a jugar un partido de fútbol 5 en el Polideportivo de Carrasco, un complejo deportivo conocido de la capital uruguaya en el que se disputaban cuatro partidos de fútbol en simultáneo. Varios grupos de personas estaban esa noche como espectadores, cuando, sobre la hora 22, una camioneta irrumpió en el lugar, según informó este martes el diario El País.
Dos delincuentes se bajaron del vehículo y comenzaron con una ráfaga de disparos. Uno de los tiros impactó en la cabeza del “Gordo Mauro”, que murió en la tarde siguiente en un hospital de la capital uruguaya. Otra joven de 18 años, que no tenía nada que ver con el enfrentamiento criminal, recibió un balazo y sigue en recuperación aunque fuera de peligro.
Los asesinos llegaron al polideportivo en una camioneta que había sido robada y que tenía la matrícula clonada. El vehículo apareció a pocas cuadras del complejo deportivo en llamas.
El “Gordo Mauro” ya había sobrevivido a dos ataques a balazos que buscaron terminar con su vida. El primero ocurrió cuando llegaba a su casa en un edificio lujoso de Ciudad de la Costa y un sicario se le acercó y le disparó cinco veces. La siguiente fue cuando su Nissan Sentra fue atacado en el barrio Villa Española, en el centro-este de la capital uruguaya. Tres atacantes le dispararon con armas automáticas, pero no lograron encontrar a Martínez.
La tercera vez los agresores cumplieron su cometido. A los investigadores les llamó la atención que Martínez anduviera con tanta liviandad por Montevideo, cuando sabía que era el objetivo de una banda delictiva. En las últimas semanas, de hecho, circuló en un auto sin blindaje, lo que muestra que no esperaba que lo estuvieran siguiendo, que no se dio cuenta o que directamente no se quiso dar cuenta.
El hombre de 26 años fue detenido en la tarde del domingo y fue imputado el mediodía del lunes por un delito de homicidio complejo. Estará 180 días en prisión preventiva mientras avanza la investigación. Su defensa pidió que no se lo envíe a la cárcel durante el proceso argumentando que no representaba un riesgo, pero la jueza Laura Sunhary hizo lugar al pedido de la fiscal.
Para su detención, fue clave el seguimiento que se hizo con las cámaras de videovigilancia, que también permitieron identificar a otro hombre, de 24 años, que tiene tres antecedentes penales y se encuentra requerido por este caso.
Los investigadores hicieron un seguimiento del vehículo en las horas previas al ataque, para lo que accedieron a las cámaras del shopping de Portones, uno de los grandes centros comerciales del barrio residencial Carrasco. Los agresores habían ido a este lugar y el imputado retiró de allí dinero en efectivo en un local de pagos.
Además de la camioneta en la que llegaron los delincuentes, en el predio había un pequeño camión que luego los investigadores concluyeron que estaba involucrado en forma indirecta en el homicidio. Presumen que su tarea fue la de hacer inteligencia en el lugar y comunicarle a los agresores sobre el momento en el que llegara la víctima.
La Fiscalía y el Departamento de Homicidios de la Policía uruguaya buscan determinar qué fue lo que motivó el ataque, aunque se presume que se trató de una venganza por el robo de droga.