Una bebé fue rescatada por la Policía de Ecuador en Loja, al sur del país, tras descubrirse que su madre intentaba venderla por USD 20.000. La menor, que se encontraba en condiciones precarias, fue trasladada a una casa de acogida, mientras la Fiscalía investiga el caso para determinar responsabilidades.
De acuerdo con la Unidad Nacional contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, el incidente tiene como trasfondo un conflicto entre los padres de la niña: un ciudadano estadounidense y una mujer ecuatoriana, según información proporcionada a Ecuavisa. La madre habría rechazado a su hija debido a su condición genética, mientras que el padre no asumió su paternidad. En medio del conflicto, la abuela paterna habría visitado a la bebé y, a su regreso a los Estados Unidos, fue contactada por personas cercanas a la madre, quienes le ofrecieron entregar a la bebé a cambio del monto mencionado.
Durante el allanamiento realizado por la Policía no hubo detenidos pero los agentes incautaron dos celulares, dos computadores y dispositivo de almacenamiento.
La acción policial estuvo apoyada por OUR Rescue, una organización que lucha contra el tráfico sexual y la explotación infantil en todo el mundo. De acuerdo con la web de la ONG, los equipos de Operaciones de rescate responden directamente a las solicitudes de los gobiernos internacionales para desarrollar inteligencia y ayudar con los esfuerzos de estos.
Este no es el primer caso donde menores son traficados en Ecuador. La venta de niñas, niños y adolescentes es un delito que ha crecido alarmantemente. En 2022, una pareja que intentó vender a sus hijas por USD 6.000 y una madre ofreció a su bebé en redes sociales. Ambos incidentes fueron frustrados por la Policía, pero reflejan solo la cúspide del probelma.
La explotación sexual y laboral son las formas más comunes de trata, afectando principalmente a niñas y mujeres. Las estadísticas de la Fiscalía General del Estado y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) evidencian el creciente riesgo que enfrentan los menores de edad. Sobre todo cuando se ha normalizado el uso de redes sociales por parte de criminales para captar y vender a las víctimas.
En Loja, donde la bebé fue rescatada, en el 2017 un caso conmocionó a la ciudad y al país. Se trata del secuestro y asesinado de Emilia Alejandra Benavides Cuenca una niña de 10 años a quien violaron, asesinaron, desmembraron e incineraron. Las investigaciones revelaron que Emilia fue secuestrada por una red de trata y pornografía infantil. La red se extendía por varias ciudades del país como Cuenca, Quito, Portoviejo y Santo Domingo de los Tsáchilas.
A Emilia la secuestró Fabián N.R. –conocido en la ciudad como ‘Chino’. Fabián era un profesor de bailoterapia y también trabajaba animando fiestas infantiles. Quienes lo conocían decían que era trabajador, responsable y amable. Fabián fue el primer detenido y con él se conoció una trama de terror. El ‘Chino’ habría sido contactado por Tania R., quien buscaba a niñas de “entre 10 y 12 años para hacer tomas fotográficas y videos desnudas”. Le pagarían USD 4.000 por secuestrarlas y luego las podría ‘devolver’. Otro de los nombres que reveló Fabián fue el de Manuel A. R, quien condujo el taxi en donde movilizaban a Emilia. Los criminales, a cambio de pagos que iban desde USD 1.000 hasta USD 5.000, buscaban acercarse a menores para grabarlos.
La UNODC ha advertido sobre el creciente uso de plataformas digitales para la trata de personas, incluida la venta de niños con fines de explotación sexual, laboral y para la producción de pornografía infantil. En su Informe Global sobre la Trata de Personas, la UNODC subraya que las redes sociales, las aplicaciones de mensajería y otros sitios de internet se han convertido en herramientas clave para que los tratantes contacten, exploten y comercialicen a víctimas, incluidos niños. Estas plataformas ofrecen a los criminales anonimato y acceso a un vasto número de posibles compradores y víctimas, lo que dificulta la persecución de este delito.
Por su parte, UNICEF ha denunciado repetidamente la explotación infantil a través de internet, y su informe “Protección de la infancia en línea” alerta sobre la facilidad con la que los depredadores pueden acceder a menores de edad. Según este organismo, el grooming (engaño para explotación sexual) es uno de los mecanismos más utilizados para captar a niños, que luego son vendidos o explotados en redes de trata o pornografía. UNICEF aboga por una mayor regulación y vigilancia en internet, así como por la educación digital para que los menores, sus familias y las comunidades puedan identificar y prevenir estos riesgos.