Luego de que el PIT-CNT –el movimiento sindical de Uruguay– anunciara que llegó a las firmas necesarias para que haya un plebiscito de seguridad social junto con las elecciones nacionales, el presidente Luis Lacalle Pou definió que participaría de la campaña electoral. Aunque está inhibido de opinar de temas partidarios, el mandatario saldrá a rechazar un proyecto que elimina buena parte de la reforma jubilatoria que promovió su gobierno.
El plebiscito que propone el PIT-CNT establece la edad de retiro en 60 años, equipara las jubilaciones mínimas al salario mínimo y elimina los fondos privados de pensión. Para que estos tres elementos se incorporen en la Constitución, la papeleta del Sí debe alcanzar el 50% más uno de los votos emitidos en las elecciones del 27 de octubre, cuando también se elige el presidente y el Parlamento uruguayo.
Lacalle Pou escribió en la red social X que este martes encabezará una conferencia de prensa junto a los ministros Azucena Arbeleche (Economía y Finanzas) y Mario Arizti (Trabajo y Seguridad Social), y al principal asesor de la reforma de su gobierno, Rodolfo Saldain. El mandatario aseguró que va a explicar su “posición negativa con respecto al plebiscito sobre la reforma de la seguridad social y sus efectos perjudiciales de aprobarse la misma”.
El plebiscito que promueve el PIT-CNT surgió, en parte, como respuesta a la reforma jubilatoria que votó la coalición de gobierno, que además de aumentar la edad de retiro de 60 a 65 años extendió los fondos privados de pensión a todos los nuevos trabajadores que ingresan al mercado laboral.
Días atrás, al participar en un evento de la Asociación Rural, el mandatario declaró en una rueda de prensa que se sentía con la “obligación” de salir a marcar su posición respecto al plebiscito y a defender su reforma jubilatoria. “Si esta reforma era urgente hace 15 años [en referencia a la cantidad de años que gobernó el Frente Amplio], deberían haberla hecho. A nosotros nos tocó hacerla, nos tocó discutir y conseguir los votos”, declaró el presidente.
Para Lacalle Pou, si el plebiscito se aprueba habrá “consecuencias negativas” que actuarán como “efecto dominó”. Si se modifica la Constitución uruguaya, el gobierno necesitará “diversificar el gasto público” y deberá subir impuestos para pagar los costos adicionales, advirtió.
Además, el gobierno entiende que la aprobación de la reforma haría perder la “confianza” de Uruguay en el exterior, en un momento en el que el riesgo país es el más bajo de la historia.
Una advertencia similar hizo el ex presidente José Mujica, que también es crítico de la propuesta impulsada por la central de sindicatos. La eventual aprobación del plebiscito causaría un “lío importante” para el país y podría “armar un caos” relacionado con un “problema en la estabilidad jurídica del país”. “Por más que pueda entender que este plebiscito que impulsan tenga una parte de justicia, el problema es que esa parte de justicia termina hipotecando la libertad en el futuro”, señaló, en declaraciones a Búsqueda.
“Meter esas cosas en la Constitución es como meterse en cana”, agregó. “Por eso no es el camino, el camino es la ley (…) Porque vos la ley la modificás más seguido y estoy seguro de que las transformaciones de la seguridad social van a tener que toquetearse cada cinco o seis años por la evolución del trabajo”, señaló.
El candidato uruguayo por el Frente Amplio, Yamandú Orsi, compartió la preocupación de su líder político. “Para mí, es altamente inconveniente”, dijo en una rueda de prensa.
Estos dos dirigentes de izquierda aclaran que, así como están en contra del plebiscito, también son críticos de la reforma previsional aprobada durante la gestión de Lacalle Pou. Para un eventual futuro gobierno, el Frente Amplio propone un “diálogo social” para hacer otra reforma jubilatoria.