Evo Morales sigue con su cruzada contra el Gobierno de Luis Arce. Este viernes, sus denuncias se centraron en César Siles, nuevo ministro de Justicia de Bolivia, al que acusó de ser corrupto y responsabilizó de su inhabilitación en las elecciones de 2020.
Siles, quien asumió el cargo este jueves, luego de que Iván Lima renunciara de forma irrevocable, “está también comprometido en casos de corrupción, uno de ellos tiene relación con la compra de una casa para la familia Choquehuanca (del vicepresidente)”, comenzó escribiendo Evo en sus redes sociales, donde sumó a continuación que, con su nombramiento, el Ejecutivo buscará la detención de varios dirigentes que le son leales y que apoyan sus reclamos y sus medidas de fuerza.
“Es muy claro que su designación, mensaje y objetivo están destinados a detener a nuestras hermanas y hermanos dirigentes, como ya empezó (a ocurrir) con el apresamiento ilegal de compañeros de Caranavi, Oruro y este jueves, en Potosí”, aseguró.
Asimismo, el ex mandatario acusó a Siles de haber sido el responsable de declinar su postulación al Senado boliviano en 2020 -durante la gestión de Arce- por carecer de una residencia demostrable en el país. Cabe recordar que un año antes, en 2019, habían tenido lugar masivas protestas contra el fraude de Evo, que lo obligaron a huir del país hacia Argentina.
Estos cruces y los cambios en la cartera de Justicia se dieron poco después de que, este lunes, el ex Presidente culminara la marcha que encabezó junto a sus seguidores durante más de 187 kilómetros por el Altiplano y exigiera, al llegar a La Paz, medidas concretas por parte del Gobierno para resolver los problemas como la escasez de dólares, la falta de combustible y el aumento de los precios de productos básicos.
“Si Lucho (Arce) quiere seguir gobernando, primero, en 24 horas que cambie a ministros narcos, a ministros corruptos, ‘drogos’, racistas, fascistas y, si no puede, sabrá lo que tiene que hacer”, dijo entonces, apuntando especialmente a la ministra de la Presidencia, María Nela Prada; al líder de la cartera de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo; y a sus homólogos de Obras Públicas y Justicia, Édgar Montaño y Lima, e insinuando la renuncia presidencial.
Desde el oficialismo, entendieron las palabras de Evo como una amenaza a su gestión -algo que en el pasado ya habían advertido como un “intento de golpe de Estado”, con el que buscaría que Andrónico Rodríguez asumiera la conducción del país y lo habilitara como candidato en 2025- y denunciaron ante la comunidad internacional este ultimátum al orden democrático.
En un comunicado difundido este martes por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se manifestó el tajante rechazo a “cualquier tipo de extorsión o condicionamiento en contra de la voluntad del pueblo expresada en las urnas” y se llamó a trabajar por alcanzar una “solución pacífica” por medio del diálogo, en lugar de protestas.
No obstante, sea cual sea la definición de estos cruces, que llevan años, el analista Marcelo Silvia lamentó que los principales perdedores de estos episodios sean “los masistas (del Movimiento al Socialismo) en general” ya que “ni Arce ni Evo se van a poder recuperar electoralmente del espectáculo que han dado durante estos tres años”.
(Con información de EFE)