El éxodo migratorio que comenzó en Cuba hace casi tres años sigue sin freno, marcando un significativo “vaciamiento demográfico”, como ya lo definieron distintos expertos en la materia.
Más de 850 mil migrantes cubanos llegaron a los Estados Unidos desde octubre de 2021, según datos publicados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). La cifra revela una caída poblacional del 18% en la isla, una situación que no muestra signos de revertirse en el futuro cercano.
“El descenso de la población ha continuado”, afirmó el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, en diálogo con el periódico español El País. Hace unos meses, publicó un estudio que contradecía las estadísticas oficiales del régimen cubano, dado que aseguró que en la isla viven sólo 8,62 millones de personas, no más de 11 millones como había indicado la dictadura.
Albizu-Campos subrayó que, junto al éxodo migratorio, también se observa una significativa disminución en el número de nacimientos y un aumento en la mortalidad. No hay jóvenes en el país y la población es cada vez mayor en promedio de edad.
Las cifras reflejan que 533.000 cubanos llegaron a Estados Unidos desde el 1 de octubre de 2021 hasta el cierre del año fiscal 2023. Adicionalmente, entre octubre de 2023 y agosto pasado se sumaron 208.000 solicitantes de asilo. Estos datos no consideran los 110.000 cubanos beneficiados con el parole humanitario desde 2023 ni a aquellos que han migrado con otros tipos de visados. O sea, que el total se establece en más de 850.000 en casi tres años.
“En términos del año fiscal finalizado en agosto, el número de encuentros de cubanos en las fronteras de Estados Unidos ya ha superado la cifra registrada en el año fiscal 2023″, explicó Albizu-Campos al medio citado, al tiempo que agregó que es probable que el total de migrantes cubanos hacia Estados Unidos para este año calendario supere las 260.000 personas.
Testimonios de la crisis
Elsa se resistió a dejar Cuba hasta que se le cerraron las oportunidades y decidió sumarse en 2023 al éxodo de cubanos, que en poco tiempo alcanzó niveles récord. Una sangría sin precedentes, desde el inicio de la Revolución en 1959, motivada por la grave crisis económica de la isla.
En medio de una galopante inflación, así como del desplome de la producción agrícola y de una lenta recuperación del turismo en su país, la joven de 30 años partió en agosto desilusionada por el rápido deterioro de la situación económica.
“Era muy difícil resolver y saciar las necesidades básicas, no había de nada, el tema de los apagones era insoportable y el de la comida, el precio del dólar subía sin parar”, dijo esta comerciante independiente desde Miami, a donde llegó en noviembre.
Como muchos de sus compatriotas, Elsa voló a Managua y, desde ahí, recorrió un riesgoso camino de unos 3.000 km hasta llegar a la frontera de Estados Unidos.
Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida, ya había afirmado en enero que las cifras de ese momento representaban “el mayor número de migrantes cubanos jamás registrado en dos años corridos desde el comienzo del éxodo cubano posrevolucionario en 1959″.
En dos años, al menos 533.000 cubanos llegaron a Estados Unidos. Ahora, en casi tres, el número sobrepasa los 850.000. Todo esto, sin contar las entradas con otros tipos de visas sobre las cuales no hay cifras oficiales disponibles.
“Una pérdida sustancial”
A esta ola migratoria sólo le preceden la del Mariel, en la década de 1980, cuando 130.000 cubanos partieron; seguida por los “balseros” en 1994 con 35.000 y la huida por razones políticas entre 1960 y 1963 de 300.000 al principio de la revolución.
En estos años se han ido “muchos jóvenes con niveles educativos y ocupacionales elevados”, lo que “representa una pérdida sustancial de recursos humanos” para Cuba, que tiene una de las poblaciones más envejecidas de la región, agregó Duany.
América Latina y Europa también son destino de decenas de miles de cubanos, sin embargo, no hay una cifra oficial global. Por ejemplo, 36.574 cubanos pidieron refugio en México entre 2022 y 2023, mientras que al menos 22.000 ingresaron a Uruguay y cientos llegaron a Chile, según cifras oficiales de estos tres países.
Radibel Peña, un carpintero de 28 años, voló en abril de 2023 desde La Habana hacia Georgetown, en Guyana, que no exige visa a los cubanos. Después recorrió Brasil y pasó a Bolivia, desde donde ingresó ilegalmente a Chile.
“Aquí hay de todo. Uno, trabajando dignamente, vive bien”, narró en su momento a la agencia de noticias AFP desde Valparaíso, en el centro de Chile, donde trabaja en la construcción.
Intolerancia
La salida masiva inició en noviembre de 2021, cuando Nicaragua, un aliado de Cuba, eliminó el requisito de visa para cubanos. Una válvula de escape para la isla sumida en su peor crisis económica en tres décadas.
En 2023 se disparó también un inusual tráfico de vuelos subarrendados cargados de migrantes cubanos hacia Managua, un fenómeno que llevó a Washington a sancionar en noviembre a estas empresas aéreas.
En Europa, España es uno de los destinos favoritos de los isleños, en especial luego de la aprobación en 2022 de la llamada ley de nietos, que permite obtener la nacionalidad a descendientes de españoles.
Marco Antonio Nápoles Álvarez, un mesero de 24 años de la provincia de Holguín, espera viajar a Madrid con su hermana tras obtener su pasaporte español. “Tenemos pensado instalarnos allá a ver si nos va bien”, contó a la salida de la embajada con el pasaporte español en la mano.
En tanto, Raúl Bonachea, un dramaturgo de 35 años, se quedó en Madrid en septiembre con una visa de residencia artística. “Fue la oportunidad que tuve para salir”, dijo quejándose de que en la isla debía tener hasta seis trabajos para cubrir los gastos básicos y decepcionado por la “intolerancia” en su país gobernado por el Partido Comunista de Cuba (PCC, único).