Organizaciones sociales afines al Gobierno de Bolivia se concentraron este domingo en El Alto en rechazo a la movilización que encabeza el expresidente Evo Morales y que este lunes arribará a la sede de Gobierno en La Paz tras siete días de caminata. El encuentro de los seguidores de Luis Arce se desarrolló en medio de enfrentamientos con manifestantes del ala evista del Movimiento Al Socialismo (MAS) que dejaron un saldo de ocho heridos, según el Ministerio de Salud.
Entre otras determinaciones, los simpatizantes del Gobierno definieron resguardar la oficina presidencial, denominada Casa Grande del Pueblo, y defender al presidente y vicepresidente del Estado.
De igual manera, exigieron la aprehensión del expresidente Morales. “Se ha determinado que el Ministerio Público, el Ministerio de Gobierno y nuestros hermanos de la Policía, como brazo operativo, hagan cumplir nuestra Constitución Política del Estado y puedan aprehenden a este señor (Morales) que está incitando a la violencia, está creando sedición y un intento de golpe”, sostuvo el dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), Guery García.
Otra de las determinaciones de la concentración establece que el líder cocalero “no puede volver a postular a la Presidencia del Estado”, según publica el periódico Visión 360. “Se va a respetar nuestra Constitución Política del Estado y Evo Morales Ayma ya no va a volver a ser candidato, menos a costa del dolor y de la sangre”, manifestó el dirigente citado por ese medio.
No es la primera vez que sectores aliados al Gobierno y funcionaros públicos sugieren el arresto del exmandatario por “sedición”. Sin embargo, el abogado constitucionalista José Luis Santistevan explicó a Infobae que la marcha, siempre y cuando no sea violenta, está garantizada como una forma de protesta. El único delito por el que se lo podría acusar es “instigación a delinquir”, pero considera que la eventual detención de Morales constituiría un caso más de la judicialización de la política y traería “mayor conflictividad”.
En medido de pedidos de detención y ante los posibles “ataques” que pudiera sufrir el expresidente, Evo Morales envió una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres solicitando la intervención del organismo internacional para evitar que el Gobierno desbarate la movilización con “grupos de choque”.
Tras una jornada de enfrentamientos, este lunes la marcha se reinició a las 06:00 de la mañana en la localidad de Achica Arriba para cumplir el último tramo y llegar a La Paz antes del mediodía. Alrededor de los 09:00 la columna había llegado a la zona de Senkata, en El Alto.
En previsión de su arribo, la Policía cerró los accesos a la plaza Murillo, una práctica habitual ante amenazas de disturbios, y resguardó la sede de la Central Obrera Boliviana. De igual manera, varios colegios de la capital administrativa y El Alto dispusieron la suspensión de clases presenciales ante el riesgo de conflictos.
Evo denuncia un plan para atentar contra su vida
El expresidente reveló en una entrevista con la agencia EFE, que el Gobierno tiene planes de atentar contra su vida y que militares y policías en servicio activo le hicieron llegar chalecos antibalas y le pidieron que “se cuide”.
“Tengo capturas, chateos, quieren acabar con la vida de Evo”, manifestó el líder cocalero. Hasta el cierre de esta nota, el Gobierno no había hecho declaraciones sobre esta acusación e insiste con resolver el conflicto a través del diálogo. “Nuestra apuesta es por la paz”, dijo el presidente Luis Arce en un mensaje televisado el domingo casi a la media noche, en el que le pide a su antiguo jefe político que dialoguen “sin condicionamientos”.