Las elecciones nacionales en Uruguay no suelen generar movimientos bruscos en su plaza financiera. Los inversores en general destacan que el país está caracterizado por la estabilidad política económica, lo que les da certeza de que las reglas de juego no cambiarán aunque se modifique el signo del gobierno. Sin embargo, la instancia del próximo 27 de octubre suma un elemento que mantiene en alerta a los mercados.
Junto con la definición del presidente y el Parlamento, los uruguayos votarán un plebiscito de seguridad social que pretende establecer en la Constitución la edad de retiro a los 60 años, equiparar las jubilaciones mínimas al salario mínimo y eliminar a las administradoras de fondos previsionales (AFAP), que gestionan los fondos de pensión en el país. La iniciativa fue impulsada por el PIT-CNT, el movimiento sindical uruguayo.
Para que esta iniciativa prospere, la papeleta del Sí tiene que alcanzar el 50% de los votos emitidos en la jornada electoral, una cifra que parece lejana según las encuestadoras, que de todas maneras aclaran que el resultado es incierto. Pero su posible aprobación ya está generando un efecto en la economía del país.
En las últimas semanas, algunos inversores –principalmente los no residentes– han comenzado a desprenderse de sus títulos en pesos uruguayos para “reducir” su exposición a Uruguay, al menos hasta que se despeje el escenario. Así lo señaló el economista de la consultora CPA Alfonso Capurro en una charla del Banco Itaú consignada por El Observador.
Hay inversores que no quieren asumir el riesgo de una eventual aprobación de un plebiscito que tendría un “alto impacto” en las cuentas públicas y en la situación fiscal del país. Según las estimaciones del Banco de Previsión Social (BPS, el organismo previsional del país), la sola aprobación de la papeleta generaría un egreso adicional inmediato de USD 1.000 millones.
“Estamos empezando a ver efectos en los instrumentos en pesos donde los inversores enfrentan dos riesgos: de precio y de tipo de cambio. Si se aprobara el plebiscito, probablemente uno de los efectos primarios que habría es la corrección al alza de las tasas y una corrección a la baja de los precios de la deuda”, señaló Capurro.
El bono global en pesos nominales uruguayos con vencimiento al 2031 ha tenido operaciones por USD 100 millones en las últimas semanas, ejemplificó el economista. También se han registrado operaciones en los bonos en unidades indexadas a la inflación de corto y de mediano plazo.
Esta salida de capitales ha jugado a favor para el aumento de la cotización del dólar. “Estamos viendo también en el mercado de cambios un nivel de demanda de dólares relativamente alta porque son estos inversores que vendieron sus bonos en pesos y compran dólares para salir de su posición en pesos”, señaló. “Obviamente es un efecto de corto plazo que durará mientras los inversores perciban que hay riesgo de que se materialice este cambio normativo y que cambiará bastante el lunes 28 de octubre dependiendo del escenario final”, continuó.
Un informe de Gastón Bengochea Corredor de Bolsa, en tanto, interpreta que lo que sucedió en las últimas semanas con el dólar se debe “a factores domésticos de cara al plebiscito de la seguridad social”. “De aprobarse, es probable que aumente el riesgo país y esto, entre otras cosas, depreciaría la moneda local y apreciaría el dólar”, señala el texto consignado por el medio uruguayo.
La semana pasada, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou dijo que esta reforma que promueve el PIT-CNT es “compleja”. “Trae consecuencias negativas con efecto dominó. Va a hacer que tengamos que diversificar el gasto público, seguramente el gobierno que viene va a tener que subir los impuestos si pasa esto. Después en lo que hace a la confianza del país en el extranjero, que estamos con el riesgo país más bajo de la historia, va a cambiar”, dijo en una rueda de prensa.