Por quinto día consecutivo, Bolivia amaneció en un clima de movilizaciones impulsadas por Evo Morales, cuyo objetivo final es conseguir la habilitación del ex mandatario para competir en las elecciones de 2025. Este sábado, los seguidores del cocalero continuaron su marcha desde Ayo Ayo hacia Calamarca, a unos 71 kilómetros de La Paz.
La acción, convocada por el opositor, comenzó este martes en la localidad de Caracollo, en la región de Oruro, y pasó por diversos puntos del país en su camino hasta la sede del Ejecutivo, donde tiene previsto llegar este lunes. Según Morales, se trata de una respuesta al “descontento del pueblo hacia el Gobierno, que no hace nada para solucionar la crisis”, aunque desde el oficialismo de Luis Arce lo acusaron de estar liderando un “intento de golpe de Estado”, por medio del que busca que Andrónico Rodríguez asuma la conducción del país y habilite su candidatura para los comicios del año entrante.
Evo nos lleva “no solo a parte de nuestra militancia del MAS (Movimiento Al Socialismo) sino a todo el pueblo boliviano, a un enfrentamiento entre hermanas y hermanos, a una situación de conflictividad, de convulsión, que puede terminar con las vidas de bolivianas y bolivianos”, advirtió la víspera la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.
Después de días de caminata, sin embargo, este sábado Morales elevó el tono de sus reclamos con dos acciones puntuales. Por un lado, rechazó el llamado de la víspera del Gobierno a conversar en el Ministerio de Educación e instó a Arce a dialogar en las marchas. “Anoche hemos visto en los medios de comunicación a Lucho (Arce) sentadito, solito, esperando a Evo (...) Puede ser buen actor, un excelente teatro, cómo puede estar esperando si sabe exactamente que Evo está en la marcha”, comenzó cuestionando el político en una conferencia de prensa desde el altiplano de La Paz.
“Si tanta propaganda hace con la marcha, con el diálogo, hemos decidido que vengan el Presidente y el vicepresidente (David Choquehuanca) aquí a la marcha a dialogar, en el camino”, agregó, aunque destacó que “deben garantizarnos todas las condiciones para que exista un diálogo democrático y honesto de cara al país”.
Por otro lado, tras conocerse denuncias de sectores afines sobre posibles “ataques” al momento de su entrada en La Paz este lunes y ante el “temor de que sea detenido”, Morales envió una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, solicitándole la intervención del organismo, a fin de impedir que el Gobierno “desbarate” su protesta con “grupos de choque, que son en realidad, grupos paramilitares”.
A pesar de que el ala evista asegura que la marcha busca “salvar la patria” y conseguir soluciones efectivas a la escasez de dólares, la falta de combustible y el aumento de precios de productos de primera necesidad, muchos han sentenciado que se trata de una disputa más dentro del partido gobernante, en medio de la puja por su conducción, de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
“Este es un problema entre masistas (integrantes del MAS). Que no molesten al pueblo, que solucionen entre ellos sus asuntos, el pueblo tiene otras preocupaciones”, dijo el dirigente vecinal de El Alto, Juan Saucedo, mientras acusaba a los políticos de estar utilizando a la gente y a los problemas en el país como un arma en sus reclamos.
“Morales sabe que la batalla legal está perdida y recurre a su mejor arma, la protesta en la calle”, sumó por su parte el analista Marceo Silva, que consideró que un tercer líder en el Movimiento podría ser la solución a la disputa.
(Con información de EFE)