Bolivia registró alrededor de 82 casos de vulneraciones a la libertad de prensa entre enero y lo que va de septiembre, según denunció este jueves un observatorio privado de derechos humanos. Entre los casos reportados, se incluye una reciente agresión a una periodista que cubría una marcha de sectores afines al ex presidente Evo Morales (2006-2019).
Del total de casos, la vulneración “más frecuente” es el impedimento de acceso a la información, con 22 casos, seguido por amenazas y amedrentamientos a periodistas, que suman 16, y las agresiones físicas y psicológicas contra informadores, con 12 incidentes, según detalló el Boletín Alerta Común del Observatorio de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de la red Unitas.
Según la misma fuente, los principales responsables de estas vulneraciones fueron grupos de personas particulares, con 18 registros, seguidos por el Ministerio Público y la Policía Boliviana, con 10 casos cada uno.
El caso más reciente es el de la periodista del canal privado Cadena A, Irene Tórrez, quien denunció haber sido golpeada el martes pasado por siete personas que formaban parte de la marcha de sectores afines al ex presidente Evo Morales, líder del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS).
La agresión tuvo lugar en la localidad de Vila Vila, durante un enfrentamiento con pedradas y detonaciones de petardos entre los seguidores de Evo Morales y un grupo, mayoritariamente de mineros, leales al Gobierno de Luis Arce, que intentaban bloquear el avance de la marcha cerca de Vila Vila, en el Altiplano boliviano.
Tórrez relató al observatorio que capturó imágenes de un grupo de los llamados ‘evistas’, seguidores de Morales, golpeando a personas en el cerro que pertenecían a la facción ‘arcista’, leal al presidente Arce.
La periodista relató que se acercó a las personas agredidas, ya que estaban ensangrentadas y “semiinconscientes en el suelo”, para ofrecerles ayuda. Un grupo la rodeó, creyendo que formaba parte de la protesta contra la marcha, a pesar de que llevaba “credencial, micrófono y teléfono celular”.
“Les dije que soy periodista y me empezaron a empujar, a golpear y me quisieron robar el teléfono”. Recibió un golpe en la espalda que la hizo caer de rodillas, según indica el comunicado de Unitas.
Después de ser golpeada e insultada, los manifestantes la forzaron a borrar las imágenes que había grabado con su celular y solo la dejaron ir una vez que verificaron que lo había hecho.
Ese mismo día, un periodista del canal SEO TV fue intimidado y obligado a detener su transmisión en vivo por personas del grupo ‘arcista’ que se encontraban en Vila Vila, según informó el observatorio.
Varios gremios de periodistas condenaron las agresiones sufridas por los reporteros, y la Defensoría del Pueblo expresó su rechazo a la “obstaculización al trabajo de la prensa” y las “intimidaciones y agresiones físicas” dirigidos contra los comunicadores.
Morales y sus seguidores afirman que marchan hacia La Paz para “salvar a la patria” frente a problemas como la escasez de dólares y combustible, así como el aumento en el precio de algunos productos básicos. Además, exigen que se respeten las resoluciones de un congreso del MAS celebrado en 2023, no reconocido por el Tribunal Electoral, en el que se definió la candidatura del ex mandatario para 2025.
El Gobierno de Arce considera que la marcha es un paso previo a un “intento de golpe de Estado”, cuyo objetivo sería que el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, cercano a Morales, asuma la Presidencia del país, lo que permitiría habilitar la candidatura de Morales.
(Con información de EFE)