La ministra de Exteriores de Bolivia, Celinda Sosa Lunda, denunció este martes ante la comunidad internacional que se está gestando un “golpe de Estado” dirigido por el ex presidente Evo Morales a través del bloqueo nacional de carreteras y con motivo de sus “ambiciones de poder”.
“Un nuevo golpe de Estado se está gestando en el Estado Plurinacional de Bolivia, dirigido por el ex presidente Evo Morales, con el propósito de acortar el mandato del presidente, Luis Arce, y habilitarse una vez más como candidato pese a que la Constitución política del Estado se lo prohíbe”, afirmó a través de una publicación en su perfil de la red social Facebook.
La jefa de la diplomacia boliviana indicó que este martes se inició una movilización desde Caracollo (Oruro) hacia la capital, La Paz, donde se encuentra la sede de Gobierno, y que la marcha luego se convertirá en un bloqueo nacional que “tiene el objetivo de asfixiar económicamente al pueblo boliviano y generar convulsión social”.
“Forma parte de la estrategia para derrocar al actual Gobierno democráticamente elegido con más del 55 por ciento de los votos”, agregó.
“Las ambiciones de poder del ex presidente Morales que, hace meses, manifestó que sería candidato a la presidencia ‘por las buenas o las malas’, están causando dolor y sufrimiento a nuestro país. Rechazamos el plan antidemocrático de Morales y ratificamos nuestra posición en defensa de la vida, la democracia y los intereses del pueblo boliviano”, afirmó.
El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, consideró que Morales pasó de ser una “víctima” de un golpe de Estado, en referencia a 2019, a un “golpista confeso que busca destruir la democracia” en el país y “acabar con la vida de bolivianas y bolivianos para victimizarse.
La marcha se inició este lunes y se han registrado enfrentamientos entre los simpatizantes de Morales y sectores sociales “arcistas” que han intentado que no avance la movilización, provocando varios heridos, incluidos agentes policiales.
Los seguidores de Morales sostienen que es una marcha para “salvar a la patria” ante problemas como la escasez de dólares y combustible, y el encarecimiento de algunos productos básicos, para lo cual exigen que el ex mandatario vuelva a ser presidente.
“A tal extremo antidemocrático llega el gobierno represor, que manda a sus grupos de choque no solo a reprimir a los marchistas, sino también a dos senadores”, dijo el ex presidente.
Morales también ha denunciado “el destrozo de vehículos de compañeros que se encontraban dirigiéndose a la marcha”.
“Nuestra solidaridad con los compañeros víctimas de este Gobierno que perdió el respeto por los Derechos Humanos y las leyes en el país”, expresó a través de su perfil en la red social X.
Morales y Arce están distanciados desde finales de 2021 por diferencias en la Administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la dirección nacional del MAS, aún en manos del ex presidente, algo en lo que las facciones leales a ambos no han podido ponerse de acuerdo.
La candidatura de Morales es un motivo de polémica interna en el oficialismo, pues desde el Gobierno se ha insistido en que el ex presidente ya no se puede volver a postular, mientras que sus sectores afines defienden que sí puede.
La Iglesia católica boliviana instó a que las autoridades y sectores movilizados dialoguen ante la “compleja situación social que atraviesa el país y consideró que los bloqueos de caminos “no son la solución más acertada”.
(Con información de Europa Press y EFE)