El expresidente Evo Morales encabeza una marcha hacia la sede de Gobierno en Bolivia para protestar contra el Gobierno y evitar su inhabilitación como candidato a las elecciones presidenciales de 2025. Sin embargo, el Gobierno ve en esta movilización intentos de golpe de Estado.
Esta versión cobró fuerza luego de que el jefe de estado, al inaugurar la marcha, hiciera referencia a la sucesión presidencial ante el “abandono” del “pueblo” por parte del presidente y vicepresidente del Estado. “Si el primer (el presidente Luis Arce) y el segundo hombre (el vicepresidente David Choquehuanca) abandonan al pueblo, está el tercer hombre del Estado, (el) hermano Andrónico Rodríguez (está) con nosotros”, manifestó.
Andrónico Rodríguez, de 35 años, es el presidente del Senado y llegó al poder tras una carrera sindical forjada en las zonas cocaleras que lidera Evo Morales. Algunos analistas lo consideran su delfín político y eventual sucesor. Rodríguez hasta ahora se ha mostrado leal a su mentor y lo ha acompañado en la denominada “Marcha para Salvar Bolivia”, junto a otros senadores y exautoridades fieles a Morales.
Tras esa declaración, la canciller de Bolivia, Celinda Sosa, denunció en su perfil personal de Facebook que en Bolivia se está gestando un golpe de Estado. “Un nuevo golpe de Estado se está gestando en el Estado Plurinacional de Bolivia, dirigido por el expresidente Evo Morales, con el propósito de acortar el mandato del presidente, Luis Arce, y habilitarse una vez más como candidato pese a que la Constitución Política del Estado se lo prohíbe”, escribió la jefa de la diplomacia boliviana. Sin embargo, hasta la publicación de esta nota, no había una comunicación formal de la Cancillería que ratifique su postura.
“Esta marcha luego se convertirá en un bloqueo nacional de caminos como él lo advierte en su pliego petitorio. Este bloqueo tiene el objetivo de asfixiar económicamente al pueblo boliviano y generar convulsión social y forma parte de la estrategia para derrocar al actual Gobierno democráticamente elegido”, advirtió Sosa.
Por su parte, el ministro de Justicia Iván Lima indicó en entrevista con medios locales que se iniciarán acciones legales contra el exmandatario. “Es un intento de golpe de Estado (…) como golpista tiene que ser procesado en la vía legal. Ahora es un ciudadano que deberá ser sometido a un proceso por las acciones que está llevando adelante”, sostuvo Lima.
Por otro lado, el ministro de Gobierno Eduardo Del Castillo manifestó que Evo Morales “pasó de ser una víctima de golpe a ser un golpistas confeso” que busca derrocar a Luis Arce por intereses electorales.
Ante estas acusaciones, Evo Morales ha negado que la marcha tenga objetivos personales e insiste en que es una reacción espontánea de sus seguidores ante la crisis económica y la mala gestión del Gobierno. Al iniciar el segundo día de movilización, escribió en su cuenta de X: “Esta marcha no es por Evo Morales, es la de un pueblo cansado de la crisis económica, del desabastecimiento del combustible y de la manipulación de las instituciones del Estado contra la democracia y la sociedad”.
Primer día de marcha con enfrentamientos
En la víspera se registraron enfrentamientos entre marchistas y seguidores de Luis Arce, quienes esperaban a la columna de Evo Morales a la altura de Vila Vila, en la carretera Oruro – La Paz, para impedir su paso. La Defensoría del Pueblo ha indicado que hubo 17 heridos en el choque de civiles.
La caminata tiene previsto llegar a la sede de Gobierno el 23 de septiembre y no se descartan otras movilizaciones. El evismo advierte con realizar bloqueos de caminos a partir de octubre si el Gobierno “no atiende sus demandas”.