Un operativo de la Policía uruguaya en el balneario San Luis (Canelones, a 63 kilómetros de Montevideo) logró detener a César Leonardo Cazanave Peña, un hombre de 47 años con antecedentes penales. El delincuente estaba requerido por Interpol Argentina, acusado de planificar el plan para ingresar a la sucursal del Banco Macro de San Isidro mediante la construcción de un túnel subterráneo.
Cazanave es el tercer uruguayo implicado en esta operación. Pocos tiempo después de su detención, la Justicia uruguaya concedió la extradición de Nicolás Carpani y Alan Lorenzo, dos barra bravas de Nacional, a Argentina, según informó El País. Lorenzo prestó su consentimiento para la extradición de forma voluntaria, pero la defensa de Carpani presentó un recurso para evitarla, pero fue desestimado.
El arresto de Carpani ocurrió el 19 de agosto y, durante casi un mes, estuvo a la espera de la formalización del pedido de extradición por parte de Argentina. Pablo Rivas, el fiscal del caso, presentó pruebas que lo vinculan a los hechos, pero su defensa señaló que el acusado estaba en Uruguay el día del robo e incluso presentó testigos que confirmaban su presencia en Montevideo.
La defensa reconocía que Carpani tenía una relación de amistad con otros implicados, como Lorenzo, pero negaba su participación en la organización del delito.
Argentina había presentado sus movimientos migratorios para pedir la extradición, pero estos eran inconsistentes porque Carpani no había viajado a Argentina los días señalados por la Fiscalía, según el abogado. Las autoridades argentinas, sin embargo, habían presentado evidencias sobre la participación en la planificación del robo.
La jueza Marcela Vargas falló citando el tratado de extradición de Argentina y Uruguay. El pedido cumplía con los requisitos legales ya que incluía la doble incriminación, que exige que el delito sea considerado así tanto en Uruguay como en Argentina. La jueza destacó que la naturaleza del crimen, un intento de robo en banda, justificaba la solicitud de extradición.
Lorenzo, en tanto, prestó su consentimiento para la extradición “en forma libre y voluntaria” y se estableció que se cumplían los requisitos para la doble incriminación. Además, la pena máxima prevista supera los dos años de prisión.
La primera pista que permitió identificar a Lorenzo fueron sus huellas, que fueron encontradas en el túnel de 150 metros que la banda construyó para entrar al banco por debajo de la superficie, informó El Observador. Luego se obtuvieron filmaciones de los alrededores de los locales que los implicados alquilaron para seguir la operativa de la sucursal y de las zonas donde los uruguayos realizaron los viajes hacia Argentina. El 16 de agosto se logró su detención, tras un allanamiento en el barrio Colón de Montevideo.
Nicolás Carpani fue capturado tres días después. Los policías lo detuvieron en un operativo de rutina en Malvín Norte. Cuando le pidieron que se identificara, apareció la orden de captura. Tenía antecedentes penales. El último delito que cometió fue tráfico de armas en 2011, en una operación criminal en la que también estaba involucrado Lorenzo.
La detención de Cazanare fue la más reciente. También tenía varios antecedentes penales, entre ellos rapiña agravada, importación de estupefacientes, asociación para delinquir y atentado especialmente grave.
Los tres tienen vínculos con la barra de Nacional, aunque la Justicia argentina no tiene indicios de que haya un vínculo entre el intento de robo y la operativa con la hinchada del club uruguayo.
Los uruguayos estuvieron vinculados al plan al menos desde febrero de 2023, cuando se empiezan a tener registros de su operativa. Se abocaron a la gestión logística para construir el túnel pero no a la planificación del robo en sí, según las fuentes de la causa consignadas por el medio uruguayo.