La Fiscalía Regional de Valparaíso confirmó el lunes recién pasado que los restos óseos encontrados en el patio de la casa de Hugo Bustamente, en Villa Alemana (120 kms al noroeste de Santiago), corresponden a Elena Hinojosa y su hijo, Eduardo Páez. Bustamante confesó estos crímenes - que no habían sido investigados por la policía -, en junio pasado a la periodista Ivonne Toro, quien fue a entrevistarlo a la prisión donde cumple cadena perpetua por el asesinato de su hijastra adolescente.
Hasta ahora, el historial criminal de Bustamante comenzaba en 2005, cuando fue condenado a 27 años por el asesinato y posterior descuartizamiento de su pareja, Verónica Vásquez (49), y del hijo de ella, Eugenio Honorato (9). A ella la degolló, a él lo estranguló y luego ocultó sus cuerpos en un tambor que rellenó con cal, agua y yeso, ganándose su tétrico apodo.
Tras cumplir 11 años de presidio, a pesar de lo horroroso del crimen y por esas cosas del sistema judicial chileno, en 2016 resultó beneficiado con libertad condicional. Cuatro años después, en julio de 2020, violó y asesinó a Ámbar Cornejo, quien era hija de su pareja, Denisse Llanos. Siguiendo el mismo patrón, desmembró el cuerpo y lo ocultó en un refrigerador que enterró en el patio de su casa. Por este crimen cumple actualmente cadena perpetua.
Sin embargo, esta última revelación remonta su historial hasta 1996, año en que asesinó a Helena Hinojosa y su hijo, Eduardo Páez, a quién conoció en la cárcel. Tras salir en libertad, ambos tuvieron un conflicto por dinero, razón por la cual Bustamante los asesinó a ambos y enterró sus cuerpos en el patio de su casa.
La confesión
La periodista Ivonne Toro reveló escalofriantes detalles de la confesión hecha por Bustamante. El psicópata y asesino en serie, tras varias entrevistas llevadas a cabo en la cárcel donde cumple cadena perpetua por el homicidio de su hijastra, Ámbar Cornejo, le reveló sus dos primeros homicidios - de un total de cinco hasta ahora -, a modo de “regalo” para el libro que la profesional escribe sobre la malograda adolescente.
Toro contó que visitó seis veces a Bustamante en la cárcel de Rancagua (90 kms al norte de Santiago). “Llego con todos los antecedentes y empiezo a conversar con él, y calza con todo el perfil de lo que he leído de lo que es un psicópata de manual. Sólo no me calza que según todos los antecedentes que he recogido, los crímenes comienzan mucho antes”, dijo en entrevista con CHV Noticias.
“El primer homicidio (conocido) es el de Verónica Vásquez (49) y su hijo Eugenio (9) cuando él tenía 40 años (...) frente a eso, en la inquietud mía, le digo a quemarropa si ha matado a más personas. Y me dice que en ninguna parte sale eso...y esa no es una respuesta normal”, detalló.
Al insistir la periodista en su pregunta, Bustamante le responde: “Le tengo un regalo sobre su pregunta, anote”, entregándole los nombres de Elena Hinojosa (55) y su hijo Eduardo Páez (27), ambos desaparecidos en 1996.
Con esos datos, la profesional se lanzó a buscar a la familia de las víctimas. Una sobrina de Elena, Karen Mascareño, contó que tras la desaparición de sus familiares “pusimos la denuncia, seguimos varias pistas, avisamos lo que había pasado y finalmente se cerró (la investigación) sin responsables. A mi mamá la retaron en la PDI diciendo que no buscara más”.
Ya con más certezas, Ivonne Toro se dirigió a una última entrevista con Bustamante y lo enfrentó directamente, instándolo a admitir su participación en el doble crimen. Aunque se negó en un principio, finalmente decidió confesar, en junio pasado.
Al día siguiente, detectives de la Policía de Investigaciones llegaron hasta la casa del homicida en la apacible comuna de Villa Alemana, donde tras una serie de pericias desenterraron los cuerpos esqueléticos de las dos nuevas víctimas, sobre quienes aún había una inservible denuncia por presunta desgracia.
Según la periodista, en las seis veces que se reunió con Bustamante, nunca mostró arrepentimiento alguno por sus asesinatos.
“A él no le pasaba nada, lo único que le importa es cómo salir de eso sin ser descubierto, sin que, ojalá, encuentren el cadáver. Él solo piensa en él, nunca ve a la otra persona como persona”, complementó en Meganoticias Alerta.
“Se lo pregunté directamente: ‘¿Tenías culpa?’”
“No, solo estaba pensando en cómo ocultar el cadáver”, respondió.
El caso de Ámbar
Ámbar Cornejo tenía sólo 16 años cuando fue violada y asesinada por el ‘asesino del tambor’, pareja de su madre, Denisse Llanos, mientras estaba en libertad condicional. Tras contarle que había enterrado el cadáver de su hija en el patio de la casa que ambos compartían, ella guardó silencio y solo confesó cuando se vio acorralada, en un caso que perfectamente podría caer dentro del trastorno psicótico compartido llamado ‘folie a deux’, muy de moda por estos días debido a la nueva entrega de la película “Joker 2″.
En diciembre de 2021, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar condenó a ambos a presidio perpetuo calificado por los delitos de violación con femicidio y violación con homicidio. También se agregaron cargos por los delitos cometidos contra otro menor, hermano de Ámbar.
El caso provocó conmoción pública no solo por su crueldad, sino también porque reveló una serie de falencias del sistema judicial, entre ellas, el nulo seguimiento a las personas a las que se les ha otorgado la libertad condicional después de haber cometido delitos graves.
A la televisión
“Mea Culpa”, programa de televisión de culto que narra los crímenes que han convulsionado al país, realizó un capítulo sobre el primer doble homicidio en 2006 y entrevistó a Bustamente, dejando en shock a buena parte del país que pudo ver lo que había dentro de su perturbada mente.
Al ser consultado si volvería a matar, respondió:
“Lo he pensado, también me he cuestionado, y a ciencia cierta no tengo una respuesta. No podría decirle: no, es imposible que yo volviera a vivir una situación parecida...si en un momento determinado exploté de esta manera...frente a cierto tipo de situaciones, ¿explotaré nuevamente? Y eso sí que es angustiante. Con eso se demuestra a sí mismo que uno no se conoce”.
¿Psicópata o asesino en serie?
Tras su confesión varios recordaron un video - tomado por los detectives que investigaban el caso de Ámbar Cornejo cuando aún estaba desaparecida -, en el que se observa cómo Bustamante deja entrar a los policías a la casa donde había enterrado su cuerpo, invitándolos a revisarla exhaustivamente con una sangre fría aterradora, pues que en esa casa no solo se encontraba el cadáver de la adolescente, sino también, a solo dos metros de éste, los cuerpos de sus dos primeras víctimas.
Según Neftalí Caravantes, abogado y académico de la Universidad Central, “un psicópata que da muerte a otra persona y un asesino en serie, son radicalmente distintos. El psicópata, en un solo acto criminal, puede dar muerte a una o más personas, pero un asesino serial es una persona que mata a una o más personas en lugares y tiempos distintos”.
Para tratar de explicar la mente de Bustamante, el comisario Gonzalo Ulloa, psicólogo del Departamento de Criminología de la PDI, señaló que en este caso “tenemos un sujeto que nace de una familia disfuncional con presencia de violencia transversal de parte de sus progenitores, con alcoholismo. A temprana edad comienza a presentar conductas desadaptativas. Él antes de cometer su primer homicidio, que ahora sabemos es del año 1996, ya tenía 19 encargos por delito”, señaló a CHV.
“No todos los psicópatas necesariamente cometen delitos. Además, tienen conciencia forense, por lo tanto conocen del daño que causan y de la normativa o la ley. Probablemente lleven una vida funcional, pero las personas que tenga más cerca pueden sufrir de sus estrategias transgresoras”, finalizó, asegurando que Bustamante calza con ambas clasificaciones.