La disputa interna del Movimiento Al Socialismo (MAS) puede terminar aniquilando al partido más numeroso del país. Según las normas electorales bolivianas, las organizaciones políticas deben renovar sus directivas y el plazo ha sido ampliado por sexta y última vez hasta el 20 de diciembre.
Hasta el momento, las dos facciones del MAS -lideradas por Evo Morales y Luis Arce- no han podido encontrar consensos. La presidencia actual del partido la tiene Morales, que pese a haber convocado a un congreso para renovar formalmente su liderazgo no ha logrado cumplir con los requisitos técnicos con los que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le daría validez. De igual manera, el ala “arcista” del partido, ha hecho el nombramiento del dirigente campesino Grover García, pero este no es reconocido oficialmente por el organismo electoral.
El secretario de Cámara del TSE, Luis Fernando Arteaga informó que están a la espera de una determinación del Tribunal Constitucional Plurinacional sobre la legalidad de dos encuentros del MAS (donde se eligió a García y se reeligió a Morales), a los que se han interpuesto acciones constitucionales, lo que podría poner fin a la disputa.
Sin embargo, el MAS ya ha recibido una amonestación de parte del TSE por incumplir los plazos y no haber cumplido con las resoluciones emitidas por el organismo electoral sobre la situación de ese partido. Si recibe dos amonestaciones más, o no logra establecer su directiva hasta diciembre, corre el riesgo de perder la personería jurídica.
El pasado 3 de septiembre, el “evismo” intentó realizar un congreso en Villa Tunari, bastión cocalero de Evo Morales, para reelegirlo como jefe del partido, pero al no contar con la supervisión del organismo electoral se convirtió en un “ampliado nacional” en el que se decidió expulsar al presidente Luis Arce y al vicepresidente David Choquehuanca del MAS.
También se dispuso realizar una marcha el 17 de septiembre hasta La Paz para que el Gobierno atienda sus demandas, principalmente relacionadas al rechazo a un referendo propuesto por Luis Arce que apunta a su inhabilitación electoral.
“Se acabó la paciencia, quiero que sepan tanto el Tribunal Supremo Electoral, como también el gobierno nacional, y aquí hablamos a defender hasta las últimas consecuencias porque hemos aguantado bastante”, dijo Morales en el encuentro y no descartó otras medidas de presión. “Si el Gobierno no responde (…), creo que por demás se justifica el bloqueo nacional de caminos”, aseveró.
Arce y Morales han abierto una grieta dentro del partido en torno al liderazgo de la organización y la candidatura presidencial de 2025. Según relató el presidente Arce en una entrevista reciente, la disputa inició a los pocos meses de haber iniciado su gestión cuando circularon audios atribuidos a Morales en los que supuestamente se lo escuchaba decir “ya nos estamos cansando de Lucho (Luis)”.
La división se hizo tangible cuando dentro del partido habría surgido un “bloque” a favor del vicepresidente David Choquehuanca, a raíz de lo cual se sostuvo un encuentro en el que se acordó no hablar de bloques ni candidaturas. Sin embargo, ese acuerdo, no se ha cumplido.
El partido más grande de Bolivia
Según el registro del Tribunal Supremo Electoral para las elecciones primarias de 2019, en el que habían 11 partidos inscritos, el MAS tenía 991.092 militantes inscritos y era, por mucho, el más numeroso del país: los diez partidos restantes sumaban juntos 724.788 militantes registrados.
Hay otros partidos que están corriendo el mismo riesgo. Acción Democrática Nacionalista, el partido del exdictador Hugo Banzer, y el Partido de Acción Nacional Boliviana, una organización menor que no logrado tener una representación política importante.