La alcaldesa de la populosa ciudad de El Alto, Eva Copa, respondió a Evo Morales sobre su intención de marchar en contra del Gobierno y la advertencia que hizo de realizar bloqueos de carreteras si no se atienden sus demandas. “Aquí no va a venir a hacer lo que le da la gana, aquí hay autoridades, hay leyes y hay normativas que se tienen que respetar”, manifestó Copa en una rueda de prensa.
El martes Morales participó en un ampliado del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Villa Tunari, Cochabamba, donde anunció el inicio de la marcha para el 17 de septiembre y dijo que los mineros “deben garantizar” la defensa de su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025.
“Los masistas creen ser dueños de este país”, protestó Copa ante los medios y le reclamó a Morales por supuestamente querer enfrentar a los mineros y a la organización campesina del altiplano “Ponchos Rojos” con la sociedad alteña. “Parece un niño al que le han quitado el chupete y ahora está ‘berrinchoso’”, manifestó la alcaldesa.
El anuncio de movilizaciones se da en medio de la crisis económica que afecta a Bolivia marcada por la escasez de dólares y el desabastecimiento de combustibles que le está generando conflictos de gobernabilidad al Gobierno de Luis Arce.
La alcaldesa de El Alto manifestó que organizar marchas o bloqueos no resuelve crisis, al contrario la empeora porque se detiene el aparato productivo. “Marche pero no moleste a la gente”, sentenció.
Hasta la publicación de esta nota, ni Morales ni el partido, se habían manifestado respecto a estas declaraciones.
El martes, el exmandatario informó que la movilización partirá de la localidad orureña de Caracollo con dirección a La Paz y “estará protagonizada por dirigentes nacionales e intermedios de todos los sectores sociales (…) en defensa de la económica, de la vida, la democracia, el Estado Plurinacional y la revolución democrática y cultural”.
De igual manera, en ese encuentro en el que se pretendía elegir a la nueva directiva del partido, los seguidores de Morales decidieron expulsar al presidente Luis Arce y a David Choquehuanca del partido oficialista.
La alcaldesa que desafía al MAS en uno de sus bastiones
Eva Copa, de 37 años, es una de las figuras prominentes de la nueva generación de políticos bolivianos. Su nombre cobró notoriedad en la crisis de 2019, cuando pasó de ser una senadora de bajo perfil a presidenta de la cámara alta y viabilizó el gobierno interino de Jeanine Áñez y la convocatoria a nuevas elecciones para restablecer el orden democrático en el país.
“Les quiero decir a esos señores que yo sí tuve el valor de quedarme aquí y luchar por mi gente, no me escondí y no me escapé”, afirmó en un discurso en 2021 en la localidad de La Huachaca, en alusión a los dirigentes del MAS que pidieron refugio en embajadas o dejaron el país tras la caída del Gobierno de Evo Morales.
Copa, que había sido elegida senadora por el MAS, terminó distanciada del partido y sus líderes. En 2021, luego de no haber sido elegida por Evo Morales para ocupar la candidatura de El Alto, postuló con la agrupación Jallalla y arrasó: 68,7 % de los electores alteños votó por ella.
El Alto colinda con La Paz y es la segunda ciudad más grande de Bolivia, con cerca de un millón de habitantes, según el último censo. Tradicionalmente esta urbe de migrantes campesinos del altiplano había sido un bastión de Evo Morales, donde el MAS siempre ganó las elecciones presidenciales.