La Policía de Portugal realizó en los últimos meses dos operativos que terminaron con la incautación de 6,5 toneladas de cocaína, en el marco de la operación Tártaro. Más de la mitad de la droga fue encontrada el 30 de agosto, escondida en un contenedor que transportaba harina de soja. El envío había partido desde Paraguay y había pasado por el puerto de Montevideo, donde fue controlado por un escáner.
La Policía portuguesa informó que, tras el operativo, tres hombres fueron detenidos por ser sospechosos de formar parte de una “organización criminal transnacional” dedicada al ingreso de grandes cantidades de droga a Europa. Los tres arrestados son portugueses.
En junio, la Policía portuguesa ya había incautado en un almacén de Lisboa otros 2.952 kilos de cocaína, que estaban en poder de una empresa que había importado legalmente desde un país de la región varios contenedores con frutas, entre los que se camuflaba la sustancia. Esa firma, según el comunicado oficial, no tenía ninguna relación con el esquema criminal.
Si las 6,5 toneladas de cocaína hubieran llegado a los circuitos de venta ilegal, alcanzarían a componer al menos 65 millones de dosis individuales de la sustancia. El valor estimado de esta cantidad es de USD 195 millones.
En el marco de esta operación, la Policía también incautó varios autos de alta gama y documentos, según el texto oficial.
El gobierno portugués no precisó cuál era el país de procedencia de la droga, pero según informó La Diaria el contenedor salió en julio desde Paraguay y pasó por el puerto de Montevideo, donde fue escaneado. Viajó a Europa en un buque de la naviera MSC.
El buque salió de Asunción el 3 de junio, estuvo en Montevideo del 11 al 15 de ese mes y llegó a Portugal el 15 de agosto. Antes de su destino final, estuvo en Le Havre (Francia) –entre el 4 y el 10 de agosto– y en Sines (Portugal), informó el periodista uruguayo Lucas Silva.
La Dirección Nacional de Aduanas de Uruguay ordenó una investigación vinculada a los controles del contenedor. La fiscal de Corte, Mónica Ferrero, también ordenó que se investiguen estos hechos. La causa recaerá en la fiscal de Estupefacientes de 4° Turno, Angelita Romano.
El contenedor llegó a Uruguay como “canal rojo”, lo que significa que tiene un riesgo que hace que sea necesario que pase por control. El escáner, sin embargo, no reportó ningún elemento ilícito y, por tanto, las autoridades avalaron que continúe su camino a Portugal, informó El País.
El presidente del sindicato de funcionarios aduaneros, Roberto Valdivieso, dijo que habrá que ver “si el protocolo se cumplió correctamente”. “Debemos esperar el resultado de la investigación. El sindicato trabaja para que se cumplan todas las garantías, pero si algún funcionario estuvo involucrado se deberán tomar medidas”, declaró.
En julio de 2023, una incautación de 10 toneladas de cocaína en Hamburgo (Alemania) había tenido características similares. Los contenedores habían partido de Paraguay en barcazas que supuestamente transportaban sésamo. El 23 de mayo, los buques llegaron a Uruguay y estuvieron en el puerto hasta el 2 de junio. Después pasaron por seis puertos brasileños, uno africano y dos europeos hasta llegar a su destino final.
Tras esta incautación, la Aduana uruguaya y la paraguaya firmaron un convenio de cooperación para mejorar los controles de seguridad en las terminales. Los organismos acordaron poder utilizar las imágenes de los escáneres de las cargas en Paraguay, para controlar mejor las barcazas que llegan al puerto de Montevideo, donde hacen trasbordo a buques más grandes y viajan a Europa como destino final.
El gobierno uruguayo, además, compró tres nuevos escáneres para el control de los contenedores que pasan por su puerto que permitirían ampliar la capacidad de monitoreo a un 75%. Estos artefactos todavía se encuentran en proceso de instalación.