“Vivo con miedo”: el ruego que nadie escuchó y terminó en un femicidio que provocó la suspensión de dos juezas en Uruguay

Tres semanas antes de su asesinato, Natalia Lagos había pedido ayuda para que su ex pareja no se acerque más

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Natalia Lagos tenía 23 años cuando su ex pareja la secuestró y la mató al chocar contra un peaje (Captura Telenoche/Canal 4)
Natalia Lagos tenía 23 años cuando su ex pareja la secuestró y la mató al chocar contra un peaje (Captura Telenoche/Canal 4)

El ex policía Daniel Ferrandans no se había tomado bien que Natalia Lagos (23) haya decidido cortar el noviazgo. El hombre, de 29 años, mantenía una relación tóxica con ella: le pegó por lo menos tres veces; le quebró el tabique nasal y le dejó los ojos marcados, heridas y raspones en el cuerpo; la insultaba con frecuencia. Hasta que decidió terminar con su vida.

En la noche del 2 de agosto de 2023, Ferrandans llegó e ingresó de forma sorpresiva a la casa en la que Natalia estaba con un amigo. El hombre lo apuñaló, secuestró a la mujer y se la llevó en el vehículo de quien quedó herido en esa casa de Parque del Plata, un balneario del departamento de Canelones ubicado a 50 kilómetros de Montevideo. Ferradans chocó el auto en un peaje cercano. Cuando llegó la policía, constató que Lagos estaba muerta y el agresor había quedado atrapado con varias lesiones.

Hace 10 días comenzó el juicio oral por el femicidio de Lagos y la Fiscalía pide la pena máxima para Ferradans: 45 años de prisión.

Las pericias que se hicieron durante la investigación y las denuncias previas que Lagos había realizado permiten interpretar que el asesinato de la joven era un final anunciado. Cuando la relación comenzó, el femicida le impedía ir al gimnasio y le delimitaba las horas para ver a su familia, informó Montevideo Portal.

Natalia Lagos fue víctima de un brutal femicidio en Uruguay tras ser secuestrada (Captura Telenoche/Canal 4)
Natalia Lagos fue víctima de un brutal femicidio en Uruguay tras ser secuestrada (Captura Telenoche/Canal 4)

En una de las últimas audiencias declaró como testigo una psicóloga que trabajó en las pericias hechas sobre Ferradans. Este testimonio dejó claro que el asesinato de Lagos no fue producto de una situación aislada o de un impulso puntual. “Cuando uno repasa los hechos previos al fallecimiento de Lagos, entiende que el final de su vida estaba visto”, concluyó la testigo que participó de las pericias.

Ahora, a más de un año del asesinato, la Suprema Corte de Justicia de Uruguay resolvió suspender a dos juezas de Atlántida (la ciudad más cercana a Parque del Plata, donde ocurrió el crimen) por distintas faltas al recibir una denuncia por violencia de género, según el medio uruguayo. Las magistradas Claudia Valetti y Florencia Sorrondeguy incurrieron en diversas omisiones. Si bien esta última dictó medidas cautelares de no acercamiento durante 180 días, no convocó a una audiencia judicial para que la víctima tuviera el espacio que está previsto por la Justicia. En cambio, tomó esa decisión de forma telefónica.

“Al no convocar a audiencia, denegó el derecho de la víctima a tener su día ante el tribunal”, dice la resolución del máximo tribunal uruguayo. La jueza alegó que por el volumen de trabajo que tenía ese día no pudo convocar a la instancia judicial, pero la Corte de Justicia no lo consideró un argumento válido.

Natalia Lagos había denunciado varias veces a su femicida por violencia de género (Captura Telenoche/Canal 4)
Natalia Lagos había denunciado varias veces a su femicida por violencia de género (Captura Telenoche/Canal 4)

El 13 de julio, tres semanas antes de su muerte, Lagos había concurrido a la Comisaría Especializada en Violencia Doméstica y de Género para denunciar a su novio por las agresiones que sufría. En ese ámbito, relató que tenía “miedo” de cruzarse con él y le pidió a las autoridades “ayuda” para que no se “acerque más”, consignó el diario El Observador.

Tres días antes de la denuncia, Lagos lo había ido a ver y le aclaró que no iba a retomar la relación. “Le tuve que decir que volvía para que me dejara ir, sino no me dejaba irme”, le explicó a los policías que estaban presentes. La mujer nunca más volvió a esa casa y el hombre comenzó a llamarla y a enviarle mensajes de texto de forma insistente. “Volvé, por favor” y “no me dejes solo”, le escribía.

La familia Lagos comercializa en ferias en la Costa de Oro desde hace tres generaciones. Natalia continuó haciendo la tarea de su madre, que murió en 2021, y hacía trabajo de manicura. Había contratado a Ferradans un año.

El detonante para que ella presentara la denuncia se dio el mismo 13 de julio, cuando Ferrandans fue hasta el puesto de la feria. “Me dijo que sabía todo de mí, cómo están ubicados los camiones y todo”, contó. “Tengo miedo de cruzarlo, ya estoy viviendo asustada”, les dijo a los policías al presentar la denuncia. Pero no fue suficiente para conseguir la protección que podría haberle salvado la vida.

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