La crisis política que vive Venezuela se refleja en el resto de los países de la región por el aumento de la cantidad de solicitudes de refugio. En Uruguay, el salto más grande en el número se dio entre 2020 y 2021, pero en el último año fueron 3.870, según datos de la Cancillería que informó el diario El País.
“Estos números son una señal más de la crisis política que vive ese país, que repercute en una persecución política que ya es alarmante”, dijo el vicecanciller uruguayo, Nicolás Albertoni, al interpretar los números. “En los últimos meses el número no ha parado de crecer”, agregó quien preside la comisión de refugiados (CORE).
El salto más grande en las solicitudes ocurrió entre 2020 y 2021, cuando los venezolanos interesados en ser considerados refugiados pasaron de 636 a 2.064.
La normativa uruguaya exige que quienes quieren ser refugiados deben presentar “fundados temores” de estar siendo perseguido por la nacionalidad, por pertenecer a un grupo étnico, por el género, la raza, la región o las opiniones políticas. Además, estas personas se deben encontrar fuera de su país de nacionalidad y certificar que no pueden o no quieren retornar, por los temores.
El estatus de refugiado se le puede brindar también a quienes han huido de su nacionalidad o careciendo de nacionalidad, han huido del país de residencia porque su vida, seguridad o libertad resultan amenazadas por la violencia generalizada, la agresión y la ocupación extranjera, el terrorismo, los conflictos internos, la violación masiva de los Derechos Humanos o cualquier circunstancia que haya perturbado gravemente el orden público”, señaló.
El 95% de los venezolanos que solicitan refugio en Uruguay adquieren ese estatus, pero hasta hace un tiempo el proceso para lograrlo era engorroso. Los pedidos son de a miles, lo que hace que el tiempo para aprobarlos sea demasiado largo. El gobierno uruguayo se propuso cambiar ese trámite y resolvió abreviar este proceso al establecer la eliminación de alguna de las etapas.
En mayo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay anunció la implementación de un nuevo procedimiento que permitirá a los solicitantes de refugio de nacionalidad venezolana acceder a la condición de refugiados de forma más rápida, informó entonces el canciller Omar Paganini. Este nuevo instrumento prevé tramitar unos 3.500 pedidos pendientes de resolución por parte de la Cancillería.
La decisión del gobierno uruguayo responde a un pedido de varios actores sociales, entre ellos el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). La sugerencia era que se tomara a los venezolanos de una manera “diferente” dada la realidad política que atraviesa el país, explicó Paganini.
“A Uruguay se puede venir sin visa, pero cuando hay interés de refugio político se presentan en la CORE. Este mecanismo lo que habilita es a estudiar cada una de las aplicaciones de manera acelerada y pasar más rápido por los procesos para poder determinar el refugio”, explicó el canciller. El proceso estándar para lograr esta aprobación es más lento, requiere de entrevistas y la formación de un expediente.
Los que más demandan entrar al país como refugiados son los cubanos, según los datos informados por el diario uruguayo. Hay 20.950 personas de ese país que pidieron entrar como refugiados; en 2023, eran 18.605. En este caso, el salto más grande fue más grande si se lo compara con 2022, ya que entonces eran 12.105 los isleños que esperaban por el trámite.
En mayo, el gobierno también aprobó un decreto que crea la “residencia por arraigo”, la figura legal que permite resolver la situación migratoria de unos 20.000 cubanos que habitan de manera irregular en el país.
El número de extranjeros que viven en Uruguay está aumentando, impulsado por las olas de llegadas desde Venezuela y Cuba.