En las playas del litoral, el centro y el sur de Uruguay han aparecido en las últimas semanas miles de peces muertos que generaron preocupación en los vecinos, los turistas y las autoridades. Algunos episodios similares se habían registrado en verano, cuando una conjunción de mareas provocó esas apariciones en la costa. Pero ahora la razón es otra: los animales no soportaron el “frío extremo”, según informó el diario uruguayo El Observador.
La aparición de los peces muertos llamó la atención y motivó visitas específicas de científicos que procuraron obtener información para determinar las causas de la muerte: querían saber si obedecían a razones naturales o a un evento de contaminación. También el diputado Enzo Malán, integrante del Frente Amplio, se contactó con el Ministerio de Ambiente para expresar su “preocupación”, según escribió en la red social X.
Una asamblea de vecinos realizada por el agua del Río Santa Lucía también hizo pública su preocupación por la “gran mortandad de peces” que se registra en la zona hace un mes. “Solicitamos que las autoridades tomen las medidas y los recaudos necesarios en caso de tratarse de una emergencia sanitaria”, expresaron.
Los técnicos del Ministerio de Ambiente y otros científicos independientes llegaron a la conclusión de que las muertes obedecían al “frío extremo” que se registra en el agua desde junio. Guillermo Goyenoya, investigador del Departamento de Ecología y Gestión Ambiental del Centro Regional del Este, declaró al medio uruguayo que los eventos se están produciendo sobre el sábalo, que es una especie “poco tolerante” a las bajas temperaturas. Técnicamente se les denomina Prochilodus lineatus.
“Los sábalos presentan sensibilidad a temperaturas extremas, lo que incide directa o indirectamente en su estadio fisiológico. Las muy bajas temperaturas del agua debido a las condiciones meteorológicas (cercanas y por debajo a 10°C) que se evidencian en el territorio nacional desde el mes de junio aumentaron el riesgo de mortandad de esta especie”, señaló el experto.
Los técnicos del Ministerio de Ambiente monitorearon la situación con la toma de muestras de agua, a partir de las que analizaron la calidad. “Hasta el momento no se han detectado contaminantes que la originen”, dice el documento de esa cartera.
De los análisis no surge que haya otras especies de fauna silvestre muertas, según declaró a El Observador la encargada de Fauna de la cartera, Carmen Leizagoyen. Los técnicos extrajeron muestras de los arroyos Casupá Chico, El Soldado, La Plata, San Francisco, Campanero y del río Santa Lucía.
La aparición de estos peces muertos es un fenómeno regional que también se observa en las costas del Río Paraná, en Argentina. Un informe del Instituto de Limnología de la Universidad de La Plata, citado por Goyenola, expresa que las “temperaturas extremadamente frías” y la “excepcional cantidad de peces” hicieron que las muertes de estos animales ocupen “una muy amplia área” en las costas de Argentina y Uruguay.
Los peces afectados por los fríos extremos eran fundamentalmente juveniles y su muerte tiene una contracara positiva: la cantidad está vinculada al “excepcional éxito” de la reproducción de la especie que hubo en la primavera de 2023, a la salida de una intensa sequía que transitó la cuenta.
Que la mayoría de los muertos sean sábalos no es algo sorprendente, ya que se trata de una especie en abundancia en las cuencas de los ríos uruguayos y argentinos. “La dinámica de desarrollo de la mortandad tuvo rasgos propios ya que afectó directamente a algunos peces matándolos de manera puntual y a otros les generó enfermedades que prolongaron la agonía de los organismos matándolos de forma paulatina por más de un mes”, explica el informe de la Universidad de La Plata.