La vida de Marcela Martínez cambió el 4 de junio de 2012. Ese día su hija, Zarlet Clavijo de 17 años, salió de su casa en La Paz para ir a la Universidad y nunca más regresó. Tras años de búsqueda y de la difusión de su historia en medios de comunicación y redes sociales, el caso fue cerrado en Bolivia pero ha quedó convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia, la desaparición de personas y los derechos humanos.
A lo largo los 14 años de la desaparición de Zarlet, su madre la ha buscado incansablemente y ha estado cerca de recuperarla. En 2019 la encontró secuestrada por una red internacional de trata y tráfico que operaba entre España y Venezuela pero, por falta de acciones políticas, no logró concretar las negociaciones con sus captores.
Mientras espera el reencuentro con su hija, Marcela Martínez ha fundado la organización Zarlet Ilumina inspirada en el sistema de alerta temprana Amber para ayudar a otras familias a encontrar a sus seres queridos. Gracias a ese trabajo voluntario, fue distinguida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos como heroína del Informe sobre la Trata de Personas 2024, a través del cual se reconoce a los defensores, líderes y pioneros en el movimiento contra el tráfico y trata de personas.
En entrevista con Infobae, Marcela Martínez contó su historia, cómo cambió su vida luego de la separación de su hija y los avances que espera conseguir tras este reconocimiento que la impulsa para seguir adelante.
-¿Cómo recibió la distinción que le hizo el Gobierno de Estados Unidos y qué implica para usted en su labor como defensora de los derechos humanos?
-Ha sido un premio que me vuelve a comprometer con la lucha no solamente contra la trata sino en la defensa y el empoderamiento de la mujer en general. Es un trabajo de varios años, con muchísimas trabas, estoy prácticamente nueve años dedicada a esto. Este reconocimiento me llenó de nueva energía para continuar con mi labor, que es netamente de voluntariado. Contar con el apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos y saber que hay países pendientes de estos hechos me llena de seguridad. Las organizaciones criminales son internacionales, por lo tanto la defensa, también debe ser internacional.
-¿Cuándo fundó la organización Zarlet ilumina y en qué consiste el sistema con el que trabajan?
-Ha comenzado el 2015, al darme cuenta de que no era la única mamá, sino que habían muchas familias que estaban en lo mismo. Primero organicé la asociaciones de familiares desaparecidos, éramos alrededor de 20 familias que nos distribuíamos trabajo y logramos recuperar a la mayoría de las víctimas. Sin embargo, como es de esperar, las familias que recuperan a sus seres queridos, solo quieren voltear la página y no quieren volver a vivir esos momentos. Entonces me quedé prácticamente sola. Fue entonces que abrí esta red de alerta temprana, inspirada en la alerta Amber, y formé redes con voluntarios y medios de comunicación. La red consiste en que cuando los familiares de cualquier persona desaparecida nos pide ayuda, especialmente dentro de 24 horas, iniciamos la búsqueda, difundimos por redes sociales y grupos organizados que salen a pegar afiches en aeropuertos, terminales y áreas fronterizas. De esa forma ya no es una mamá, o una familia, sola buscando sino somos miles de ojos.
-Hace un par de años, usted informó en los medios que su hija estaba en manos del Ejército de Liberación Nacional en la frontera entre Colombia y Venezuela. ¿Cómo logró dar con esa información y qué avances hay en las negociaciones para su liberación?
-En 2019 reuniendo varias pistas y datos, salí de Bolivia a verificar personalmente cada uno de ellos y logré encontrar que mi hija estaba en Barcelona, España, siendo explotada sexualmente. Una vez que tomé contacto con las personas que la tenían, que era una mafia de Europa del Este, me dijeron que la “propiedad”, en esas palabras, la tenía el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional de Venezuela (Sebin) y que ellos se iban a comunicar conmigo para verificar si se trataba de mi hija. Al día siguiente recibí una llamada en la que pedían una foto de su carnet y de su pasaporte, lo hice y a los pocos minutos me dijeron que estabamos hablando de la misma persona y que vuelva de inmediato a mi país a esperar a que trasladen a Zarlet a Sudámerica.
Hice caso, retorné y me indicaron que la negociación en Venezuela la haríamos en la frontera con Colombia. Una vez ahí, se identificaron como intermediarios, me recalcaron que ellos no la secuestraron, que alguien pagó para que la secuestren y la entregaron al Ejército de Liberación Nacional en calidad de custodia. Inicié la negociación pero me pedían que tanto el expresidente Juan Manuel Santos y la entonces presidenta de Bolivia, Jeanine Añez, pidan que se reinicien las negociaciones de paz que estaban suspendidas por el presidente Iván Duque. También me pedían un avión que pudiera trasladar dinero desde Caracas hasta Suiza, lo cual estaba totalmente fuera de mis manos. Intenté tomar contacto con Jeanine Añez y con el expresidente Santos y no lo logré. El Gobierno de Añez se había vendido a la delincuencia a través del exministro de Gobierno Arturo Murillo y él obstaculizó mi acceso, me dijo que no podía meterse en cosas tan complicadas. Luego vino la pandemia y ahí perdí totalmente el contacto.
-¿Qué certezas tiene de que se trate realmente de su hija?
-Sé que estuvo en la selva en Venezuela. Me llevaron tres horas con los ojos vendados y la vi. No pude acercarme ni hablar con ella, era parte del acuerdo. Lo último que sé es que la han vuelto a mover. He logrado hablar con uno de los intermediarios pero nunca más me dieron una prueba de vida.
-¿Cuáles son los próximos pasos que va seguir para dar con el paradero de su hija?
-Nuevamente estoy abriendo el caso en Bolivia porque legalmente está cerrado. Lo abriré con nuevas pruebas y voy a continuar hasta que en Bolivia recuperemos el orden y se pueda hacer una revisión extraordinaria de todas las fallas y complicidad de las autoridades de turno. Este martirio tiene que servir para que esto no siga sucediendo, la forma de hacerlo es transparentar los datos.