Pocas horas después de que el régimen de Nicolás Maduro informara que ganó las elecciones del 28 de julio, el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) sentenció: “Hubo un enorme fraude”. Las críticas del histórico dirigente han continuado con el paso de las semanas a un gobierno que considera autoritario.
“Es un gobierno autoritario, con un entramado corrupto alrededor, que incluye a las Fuerzas Armadas. Maduro está sostenido por la bayoneta, no por la gente. Ustedes me dirán que es un sustento riesgoso. Y lo es. Mañana va a aparecer un coronel Cháves enojado con sus generales vaya a saber por qué y tira abajo todo y tendremos que empezar a lidiar con ese coronel”, declaró el ex presidente al noticiero Subrayado de Canal 10.
“Lo que quiero decir con esto es que es muy difícil, pero que hay que seguir presionando y reclamando. Nunca ha estado más acosado el sistema. Los propios aliados hasta ahora se sienten incómodos porque se dan cuenta que están en una posición falsa”, expresó Sanguinetti.
Con su comentario el ex presidente hacía referencia a la incomodidad de Lula da Silva, a quien define como “un demócrata”. “Ha tenido una especie de liderazgo romántico de la izquierda, que establece esa complacencia como la tienen con Cuba, que es un totalitarismo tristísimo, que ha llevado a ese país a la pobreza”, señaló.
Sanguinetti dijo que “aún estos países” empiezan a preocuparse por la crisis política de Venezuela. “Confío y anhelo que esta presión pueda abrir una brecha. Hay que persistir y no bajar los brazos”, señaló.
Antes de estas declaraciones, Sanguinetti había cuestionado en una columna la posición que tomó sobre este tema el Frente Amplio, la coalición de izquierda de Uruguay. “Que Venezuela es una dictadura lo sabemos desde hace rato”, escribió en el artículo.
Sobre las reacciones internacionales, Sanguinetti expresó que los “regímenes autoritarios” felicitaron a Nicolás Maduro y las democracias condenaron el episodio, interpretó. Y continuó con su análisis internacional: “México ya se sabe que aceptará el resultado porque anuncia que respetará lo que diga la oficialista autoridad electoral. Brasil es una incógnita, porque si bien Lula había tomado distancia de las arbitrariedades que viciaban en sustancia el proceso electoral, su política exterior sigue cerca de los viejos tiempos de la guerra fría y figurines envejecidos del ‘antiimperialismo’”, señaló.
“Lo que resulta inexplicable, hundido en el ridículo, es la actitud de los compatriotas frentistas que han vuelto a los viejos tiempos de la ‘lengua de madera’, cuando viajaban a Moscú y narraban las maravillas de la ‘otra’ forma de libertad”, señaló.
Oficialmente, el Frente Amplio expresó en un comunicado que “espera la publicación, por parte del Consejo Nacional Electoral, de la totalidad de las actas con los datos desglosados por mesa electoral, elemento fundamental para la transparencia, credibilidad y legitimidad de los resultados de la elección”.
Para Sanguinetti, el Frente Amplio está en una “compleja situación”. “No saben cómo hacerlo. La mayoría sabe que la dictadura es desembozada y que la sola campaña configuraba ya un fraude. Ninguno aceptaría aquí lo que ha tenido que soportar la valerosa oposición venezolana para seguir adelante e intentar lo que fuera posible. Están encerrados en una realidad ostensible y ese alineamiento automático que los pone de cualquier lado no bien estén los EE.UU. del otro”, analizó.
El candidato a presidente por el Frente Amplio, Yamandú Orsi, dijo durante el fin de semana que el proceso estuvo “viciado” y que “no fue muy claro”. El postulante para las elecciones de octubre pidió que se busque “una y otra vez una salida acordada y pacífica”. “Hay dos posiciones a nivel internacional que más o menos se alinean. Los que echan leña al fuego, porque algún rédito sacan, y los que buscan una salida pacífica”, señaló.