La denuncia de Verónica Abad, vicepresidenta de Ecuador, contra el presidente Daniel Noboa por presunta violencia política de género, aumenta la tensión en el contexto político. El lunes, Abad, también embajadora en Israel, presentó la denuncia ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE).
La queja incluye también a la ministra de Relaciones Exteriores, Gabriela Sommerfeld, el viceministro de Gobierno, Esteban Torres, y la asesora presidencial Diana Jácome.
Abad asumió su cargo en noviembre, y poco después fue designada embajadora en Israel. Una de las críticas que enfrenta la Cancillería es la negativa a concederle cinco días de permiso para tratar asuntos familiares y de salud.
El conflicto entre Noboa y Abad no es nuevo. La tensión entre ambos viene desde la campaña electoral para la segunda vuelta de las elecciones de 2023. Torres, por su parte, había declarado que sería “nefasto” que Abad reemplazase temporalmente a Noboa, algo que la vicepresidenta defiende como un derecho constitucional.
El ambiente en el TCE se ha tornado más complicado después de que, en una sesión accidentada, se removiera a su presidente, Fernando Muñoz, y se designara a Ivonne Coloma como su sucesora.
Antes de esta reunión, Muñoz advirtió sobre intereses dirigidos a tomar el tribunal de cara a las futuras elecciones. El martes, Muñoz calificó su destitución como “nula e ilegal” y presentó una denuncia ante la Fiscalía por usurpación de funciones.
Otro punto de conflicto radica en una insinuación hecha por Jácome en una entrevista en junio, donde se cuestionaba la prioridad de Abad entre sus intereses familiares y políticos en un momento complicado, ya que su hijo estaba encarcelado por un presunto caso de oferta de tráfico de influencias.
La designación de un juez para analizar la causa contra Noboa es un paso crucial del proceso, y el TCE tendrá el deber de decidir quién llevará adelante esta revisión. Este evento ocurre en un momento clave, pues las acusaciones podrían impactar los preparativos y alineaciones políticas con miras a las elecciones de 2025.
El ejecutivo ha dado a entender que prefiere evitar que Abad asuma funciones presidenciales en ausencia de Noboa, quien eventualmente debe pedir licencia para hacer campaña por la reelección.
Así, la denuncia de Abad no solo subraya la fricción continua en el ámbito político ecuatoriano sino que también podría tener implicancias de largo alcance en la configuración política del país en los próximos años.
La cara más visible
En una reciente entrevista con EFE, Abad consideró que era la cara más visible de la violencia política de género en el país: “La violencia política ha sido brutal”.
Dijo: ”Siempre he estado al frente de negarme a todo acto violento de donde venga: la violencia a la mujer, al adulto mayor, al niño, al adolescente, a los hombres que también son violentados. La violencia es el problema y (...) nosotros, como ecuatorianos, debemos estar conscientes de que la fórmula no es luchando contra lo que odiamos, sino en realidad, salvando lo que amamos”.
Abad señaló que las mujeres deben ser el ejemplo de “resiliencia y resistencia” de valores, y opinó que “es claro que las mujeres que no se rinden ante sus pies (de Noboa), ante su sistema opresivo, pues, obviamente, son quitadas del lado”.
La vicepresidenta aseguró que Noboa mantiene una actitud “hostil” hacia ella, presuntamente para forzarla a renunciar, posibilidad que niega rotundamente.
A inicios de julio, Noboa consideró que Abad renunciaría por decisión propia. ”Ella se va a salir solita, yo creo”, dijo cuando le preguntaron si buscaba sacarla del cargo. Abad tomó esta declaración como “una amenaza”.
”Persecución histórica”
En un extracto de la denuncia de Abad, publicado por el ex presidente Rafael Correa (2007-2017) en su cuenta de X, la vicepresidenta dice que haber ganado la elección ha sido una “condena” en su condición de mujer, madre y política.
Señaló haber sido “prácticamente desterrada a otro país, en medio de una guerra”.
Abad explicó: ”Me han retirado la seguridad que merezco y merece mi familia por el cargo que ocupo, poniendo así en riesgo mi vida, mi integridad y la de mi familia (...) no contentos con esto, desde el Gobierno y sus funcionarios se inicia una feroz campaña de desprestigio”.
Abad habló con EFE sobre lo que considera una “persecución histórica, donde todo un aparataje público y, obviamente institucional, ha sido involucrado con el único afán de poder violentar nuestra Constitución”.
La vicepresidenta dice desconocer las razones del distanciamiento de Noboa: “El señor presidente no ha sido capaz de decir primeramente por qué el odio hacia su vicepresidenta”.
La semana pasada, Noboa dispuso que Abad se traslade temporalmente a Turquía ante el escalamiento de tensiones en Oriente Medio.
Denuncia contra Abad
Abad afronta también ante el TCE una denuncia por una presunta irregularidad en las elecciones locales de 2023, cuando se presentaba como candidata a la alcaldía de Cuenca.
La audiencia oral única de pruebas y alegatos en un caso que investiga una presunta infracción electoral de Abad, prevista para el 15 de agosto, fue aplazada sin fecha aún para completar el proceso de notificación y garantizar el derecho a la defensa.
De ser encontrada culpable, Abad perdería sus derechos políticos y no podría ejercer cargos públicos.
(Con información de EFE)