La esposa del narcotraficante Sebastián Marset fue declarada en rebeldía por la Justicia de Bolivia

Al igual que Paraguay, la Justicia boliviana pretende que la mujer arrestada en Madrid sea extraditada para ser juzgada por tráfico de drogas

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Sebastián Marset y Gianina García Troche, su esposa
Sebastián Marset y Gianina García Troche, su esposa

La esposa del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, Gianina García Troche, fue detenida a mediados de julio en el aeropuerto de Barajas, adonde llegó desde Dubai. Desde entonces, Paraguay expresó el interés de que sea extraditada por haber cometido delitos vinculados al lavado de activos. Bolivia se sumó a ese pedido y también pretende que la pareja de uno de los narcos más buscados de la región sea juzgada en su territorio.

Para lograrlo, la Justicia de Bolivia decidió declarar en rebeldía a García Troche, según informó el diario uruguayo El Observador. La audiencia en la que se tomó esta decisión se celebró el miércoles 8, mientras la uruguaya sigue bajo arresto administrativo en una cárcel de Madrid, a la espera de que se apruebe la extradición.

El fiscal boliviano Julio César Porras informó la declaración en rebeldía a García Troche y cuatro personas más. Ordenó que se le envíe una orden de aprehensión a través de las radios y se le designó un abogado defensor de oficio.

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García Troche fue declarada en rebeldía por estar vinculada a delitos de tráfico de drogas, confabulación y organización. Antes, ya había sido declarada rebelde por delitos vinculados a la falsificación de su identidad.

En la causa abierta en Bolivia hay 25 personas involucradas y unas 10 fueron declaradas en rebeldía.

Después de la detención de García Troche, el Ministerio Público de Paraguay remitió a la Corte Suprema de Justicia un exhorto para solicitar la extradición de la pareja del narcotraficante. El Tratado de Extradición otorga un plazo de 60 días a la Justicia paraguaya para enviar el pedido.

La Fiscalía boliviana siguió una estrategia similar semanas atrás con Marset, a quien la Justicia lo imputó y lo declaró en rebeldía, mientras sigue prófugo. En ese país fue visto por última vez el narcotraficante, hace casi un año. Con el nombre de Luis Amorím, el delincuente se escondía detrás de una de las facetas que más le gustaba: la de jugador de fútbol. La Policía allanó entonces la casa en la vivía en Santa Cruz de la Sierra, pero Marset logró huir y su paradero es, nuevamente, desconocido.

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Marset es el hombre más buscado de Bolivia, asegura el medio de ese país. Tiene una notificación roja de Interpol y la Fiscalía lo investiga por legitimación de ganancias, organización criminal y secuestro, entre otros delitos.

García Torche no tiene causas abiertas en Uruguay, por lo que la Justicia uruguaya no solicitó su extradición. Sin embargo, el gobierno del país considera que su detención es una muestra de que Marset está “acorralado”. El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, destacó en Azul FM que la detención fue producto de trabajos compartidos de inteligencia entre Uruguay y España.

El funcionario detalló que en el ministerio reciben información de los movimientos de Marset o su familia y, en función de esos datos, diseñan una estrategia de inteligencia. “Después los agentes de inteligencia de esos países también ponen en movimiento su capacidad de inteligencia y de seguimiento”, explicó.

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El ministro uruguayo aseguró que Marset y su familia “se están viendo acorralados y empiezan a cometer errores”. “Cuando cometen errores es cuando tenemos que estar para poder agarrarlos”, señaló.

Las autoridades uruguayas aseguran que tienen pistas sobre el lugar en el que se encuentra Marset. Martinelli evitó decir dónde está, pero aseguró que “no anda por el mundo perdido”. Uruguay tiene “certezas” de su paradero actual, señaló, aunque aclaró que para capturarlo se precisa de la “cooperación de las fuerzas locales” para “hacer seguimientos y extracciones”.

Tras la detención de su esposa, Marset envió un audio al programa Santo y seña de Canal 4 en el que defendió la inocencia de ella y cuestionó la actuación de la Fiscalía y la policía paraguaya.

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