Una construcción inconclusa que augura el fin del mundo: la leyenda de la Basílica del Voto Nacional en Quito

La edificación no solo contiene particularidades arquitectónicas como sus gárgolas, sino que es el centro de un mito sobre el final de los tiempos

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La Basílica del Voto Nacional en Quito. (EFE/José Jácome/Archivo)
La Basílica del Voto Nacional en Quito. (EFE/José Jácome/Archivo)

La Basílica del Voto Nacional, ubicada en el corazón de Quito, Ecuador, es uno de los monumentos religiosos más imponentes y fascinantes del país. La iglesia es considerada una de las obras neogóticas más importantes de América Latina y es el centro de un mito urbano que avisora el fin del mundo.

La construcción de la Basílica del Voto Nacional comenzó en 1884, impulsada por el sacerdote Julio Matovelle y el presidente de Ecuador de aquel entonces, José María Plácido Caamaño. La edificación fue concebida como un “voto nacional” para celebrar la consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, realizada por el presidente conservador Gabriel García Moreno y el arzobispo de Quito, Monsignor José Ignacio Checa y Barba en 1874.

Su diseño fue obra del arquitecto francés Emilio Tarlier, quien se inspiró en la Catedral de Notre Dame de París. La Basílica del Voto Nacional en Quito y la Catedral de Notre Dame en París comparten el estilo arquitectónico neogótico, caracterizado por altas torres, arcos apuntados, bóvedas de crucería y grandes vitrales. Ambas construcciones, importantes centros religiosos, mantienen un impacto significativo para los católicos y para el turismo de sus respectivos países.

La Basílica se levanta en pleno corazón de Quito, en el inicio del centro histórico. (Instituto de Patrimonio)
La Basílica se levanta en pleno corazón de Quito, en el inicio del centro histórico. (Instituto de Patrimonio)

Tanto la Basílica como Notre Dame son conocidas por sus detalladas decoraciones y esculturas, incluyendo vitrales que representan escenas bíblicas y figuras religiosas. Las dos catedrales, a pesar de la distancia geográfica, comparten un legado común de fe, arte y arquitectura, reflejando la historia y la cultura de sus respectivas naciones. La construcción prolongada y el simbolismo nacional que poseen las convierten en monumentos icónicos y fuentes de orgullo para Ecuador y Francia.

La Basílica del Voto Nacional tiene elementos únicos y locales. Una de sus características más distintivas es la inclusión de “gárgolas” locales, que son figuras de la fauna ecuatoriana en lugar de las tradicionales gárgolas europeas. Animales como iguanas, monos y tortugas adornan las fachadas de la basílica, en una representación de la biodiversidad del país. El interior de la basílica es igualmente impresionante. Su nave principal está adornada con vitrales coloridos de escenas bíblicas y santos católicos. Las capillas laterales y altares están decorados con una mezcla de estilos europeos y elementos indígenas. Es por esto que la plataforma Not Your Average American, ha calificado a la basílica como “un lugar fascinante lleno de historia, mitos y una arquitectura impresionante que la distingue de otros monumentos religiosos en el continente”.

Los vitrales de la Basílica muestran a santos católicos. (Revista Clave Ecuador)
Los vitrales de la Basílica muestran a santos católicos. (Revista Clave Ecuador)

De acuerdo con el Municipio de Quito, la Basílica cuenta con 24 capillas laterales, cada una dedicada a una de las provincias de Ecuador. Además, con una longitud de 140 metros y con dos torres principales que tienen una altura de 115 metros, la Basílica del Voto Nacional es la iglesia neogótica más alta de América del Sur. Esas torres, según el cabildo, son: “Uno de los mayores atractivos turísticos de la Basílica del Voto Nacional es la posibilidad de subir a sus torres. Desde allí, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas inigualables de Quito y sus alrededores. La subida puede ser desafiante, pero las vistas valen cada esfuerzo. Se puede acceder a las torres mediante una serie de escaleras y puentes, lo que añade una dosis de aventura a la visita”.

La Basílica del Voto Nacional no solo es un lugar de culto, sino también un importante centro cultural y turístico. Cada año, miles de turistas de todo el mundo visitan la basílica para admirar su arquitectura y aprender sobre su historia. Además, el edificio sirve como escenario para eventos religiosos y culturales, incluyendo conciertos de música sacra y exposiciones de arte.

Dos tortugas de piedra son algunas de las "gárgolas" de la Basílica del Voto Nacional. (SkyscraperCity)
Dos tortugas de piedra son algunas de las "gárgolas" de la Basílica del Voto Nacional. (SkyscraperCity)

Aunque la basílica fue inaugurada parcialmente en 1924, se dice que su construcción aún no ha sido completamente terminada. Sin embargo, lo “inconcluso” de la obra se trataría de detalles de tipo decorativo. No obstante, este hecho y las constantes reparaciones han dado lugar a leyendas locales. Según algunos, la basílica permanecerá inacabada hasta el fin de los tiempos, ya que su conclusión marcaría el fin del mundo. Otros, según recoge la plataforma Quito en 360, aseguraban que si la basílica se concluía “el Ecuador desaparecería como un Estado libre y soberano”.

A esto se suma que la edificación se encuentra ubicada en el lugar que ancestralmente habría sido el templo a la Luna o a la Mama Quilla en kiwcha. La Basílica, desde este lugar, se encuentra en línea recta con El Panecillo que habría sido un templo de adoración indígena al Sol. Desde la Basílica también se observa la mansión Landázuri, que también guarda la leyenda que, en su techo, hay un ataúd vacío.

La creencia sobre su construcción inconclusa ha añadido un aura de misterio y fascinación para los turistas que diariamente ingresan al edificio y suben más de 10 pisos para observar a Quito desde sus torres. Según Tripadvisor, la Basílica del Voto Nacional es un “lugar impresionante y majestuoso” que no debe perderse durante una visita a Quito.

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