La ministra del Interior, Carolina Tohá, aseguró este jueves que Chile no cerrará sus fronteras ante un posible nuevo éxodo masivo de ciudadanos venezolanos, tras el fraude en las eleciones que dieron por ganador a Nicolás Maduro. La autoridad propuso, además, coordinar con los países vecinos medidas paliativas siguiendo el modelo europeo, como acordar cuotas de refugiados.
Sin embargo, Tohá llamó a la calma, señalando que “hay que recordar que el flujo migratorio desde Venezuela no ha parado en ningún momento. O sea, ha habido una baja, pero hubo un momento mucho más crítico”, indicó en un punto de prensa.
“Lo que puede pasar es que se incremente (el flujo migratorio) y que alcance dimensiones mucho mayores. Y para eso nos tenemos que preparar y tenemos que aprender también las lecciones”, sostuvo la ministra.
En esa línea, la autoridad de gobierno indicó que “el país tiene que tener una capacidad de controlar la persona que entran, y eso no lo podemos hacer, además, solos, en el aislamiento. Tenemos que hacerlo en colaboración con otros países”, apuntó.
“El Presidente nos instruyó a que seamos muy activos y llevemos al nivel más alto las gestiones con otros países para hacer una estrategia común para tener control en la frontera. Dependemos en gran parte de lo que hacen los países vecinos a nosotros, lo que hace Perú, lo que hace Bolivia, lo que hace Ecuador, lo que hace Colombia”.
En esa línea, señaló que “si va a haber una situación humanitaria crítica y nos va a tocar este flujo migratorio, a lo mejor vamos a tener que replicar experiencias como la que tuvo Europa en un momento que se puso de acuerdo con cuotas y con sistemas acordados entre los países para acoger esos casos humanitarios más severos que requieren una respuesta”.
“Toda esa cosa lo vamos a discutir con los países de la región y estamos viendo las modalidades con ellos, por eso no vamos a anticipar anuncios hasta no tener una coordinación de como los vamos a tratar”, remató.
¿Nuevo “Cucutazo”?
El mundo político no tardó en reaccionar y, como era de esperar, con opiniones dispares. El senador Juan Luis Castro (PS), por ejemplo, pidió construir campamentos temporales en la frontera para recibir a quienes lleguen al país huyendo del régimen de Maduro.
“Yo propongo los campamentos provisorios que otros países tienen en su frontera, donde se valida la identificación de esas personas, si es que la traen”, señaló el parlamentario, quien aseguró que dicha medida permitirá establecer “un filtro para que no siga llegando migrantes indocumentados, que ese es el problema que tenemos en Chile”.
“No es el venezolano regularizado y por lo tanto, en eso hay un énfasis que muchos países lo han tomado y Chile no lo ha hecho”, remarcó.
Su idea no cayó nada de bien al diputado Diego Ibáñez (FA), quien abogó por mantener una política de “puertas abiertas” para todos los venezolanos que lleguen a Chile de manera regular.
“En eso el presidente no se va a perder y hará todos los esfuerzos necesarios para mantener las fronteras ordenadas”, aseguró Ibáñez, quien sostuvo que es necesario promover “la migración de forma regular y por cierto acoger a quienes lo están solicitando por razones políticas o de Derechos Humanos”.
Sin embargo, su propuesta no gustó ni siquiera en su propio partido. Su correligionario, Jorge Brito, desechó la idea de Ibáñez de raíz: “Chile no está preparado para un nuevo ‘Cucutazo’ y es inexplicable que alguien proponga, al mismo momento en que se retiran los diplomáticos, que nosotros aceptemos a más nacionales de Venezuela”, remató.