El Bloque de Seguridad ha emitido un informe sobre el control de la violencia en Ecuador. Según la ministra del Interior, Mónica Palencia, en julio se registró un descenso del 56% de los homicidios en Durán. Esa urbe del litoral ecuatoriano está asediada por las bandas que trafican droga y que se disputan el territorio. A eso se suman las precarias condiciones de vida de la mayoría de habitantes, quienes no tienen acceso a servicios básicos como el agua potable.
“Del 1 al 28 de julio podemos hablar de una reducción de 56% en muertes violentas, siendo menos 37 casos. Sigue habiendo acontecimientos, había una situación de mucha conflictividad. El Gobierno Nacional está entrando con todas sus instituciones”, dijo Palencia, según la comunicación oficial. Por su parte, el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo, aseguró que en Durán se han efectuado 533 operaciones, con 517 allanamientos en finca Delia. Las acciones militares han permitido recuperar casas que fueron arrebatadas por los grupos narcoterroristas.
El pasado 18 de julio, el presidente Daniel Noboa llegó a La Delia acompañado por un fuerte contingente militar. Aunque Noboa se quedó en el lugar solo para dar una breve declaración a la prensa, las autoridades informaron que alrededor de 1.100 policías y militares intervinieron el barrio para combatir el tráfico de tierras, uno de los múltiples problemas que enfrenta la ciudad.
A pesar del anuncio del gobierno, diariamente se continúan reportando muertes violentas en Durán. Por ejemplo, el pasado sábado dos bomberos fueron acribillados en un cuartel de la ciudad.
Durán y su histórico abandono
Según el Plan de gobernanza de Durán, elaborado con el apoyo de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), al que Infobae pudo acceder, la ciudad ecuatoriana es acechada por tres bandas criminales: Los Chone Killers, que nacieron como brazo armado de Los Choneros y que se independizaron en 2021; Latin Kings, que son colaboradores de la mafia de los Balcanes; y Las Águilas, dedicadas al microtráfico. Estas bandas narcodelictivas se aprovechan de la ubicación geográfica de Durán para sus ilícitos, del abandono estatal para sembrar miedo, cooptar niños, extorsionar a los habitantes y traficar tierras.
Asimismo, la poca iluminación y cuidado en las calles y parques, las pocas áreas verdes (el 70% del territorio habitado no cuenta con estas), “dificultan la apropiación del espacio público por parte de la ciudadanía”. Esto “facilita la comisión del delito pues dan la impresión de abandono y de inexistencia de la ley, tal y como lo expone la teoría de las ventanas rotas”. Esto último se refiere al concepto criminológico introducido por James Q. Wilson y George L. Kelling en un artículo de 1982 titulado Broken Windows, que sugiere que mantener los entornos urbanos en buen estado puede ayudar a prevenir actos de vandalismo y comportamientos criminales más graves.
Aunque las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos indican que en Durán viven unas 303.910 personas, el gobierno municipal estima que la ciudad estaría habitada por 650.000 o 700.000 habitantes. La urbe es calificada como una “ciudad dormitorio” lo que “facilita que Durán sea usado como zona de refugio de las estructuras criminales que operan en Guayaquil y que deben migrar a territorios aledaños para huir de las intervenciones que en su contra realizas las fuerzas del orden”. A esto se suman la creación de asentamientos humanos informales y la apropiación de las bandas criminales de terrenos baldíos, sin edificación ni escrituras, donde han construido sus guaridas.
La falta de acceso a agua potable es otro de los problemas que aquejan a la vulnerable población de Durán. Aunque en los últimos trece años, la ciudad “ha recibido más de 47 millones para obras de agua potable y alcantarillado... Apenas el 20% de sus habitantes recibe agua potable en sus casas”.
Otros resultados de la militarización
El Bloque de Seguridad del gobierno de Noboa ha indicado que a escala nacional, los homicidios intencionales se redujeron en un 19%, desde el 1 de enero hasta el 28 de julio de 2024, en comparación con el mismo período de 2023. El decremento solo en julio es del 26% si se compara con el mismo mes del año anterior, según las cifras oficiales.
“Somos una sola fuerza, estamos unidos institucionalmente. Por ello, fortalecemos a la Policía Nacional en una unión que tiene como fin esencial combatir la violencia y proteger a cada ciudadano. El Bloque de Seguridad ha identificado todos los desplazamientos posibles y cómo han venido operando en 7 provincias”, dijo la ministra Palencia.
En Manabí, informaron las autoridades, “existía un crecimiento de más de 65 muertes violentas y actualmente se reporta una reducción del 7% que significa menos 32 decesos. Con una baja en el promedio semanal, que antes se mantenía en 17 casos y ahora en 9″, de acuerdo con el boletín oficial. Esa provincia costera es el bastión de la banda narcoterrorista Los Choneros, cuyo líder alias Fito fugó de una prisión de Guayaquil en enero de este año.