El gobierno uruguayo aprobó la Autorización Ambiental Previa (AAP) para que Google instale en el país un centro de datos globales, que se convertirá en el segundo data center de la región (después del de Chile). Las negociaciones entre Uruguay y la multinacional comenzaron en 2019, pero en algún momento la inversión estuvo en duda. Sin embargo, la empresa la confirmó en noviembre, cuando presentó el Estudio de Impacto Ambiental y el Documento del Proyecto.
El Ministerio de Ambiente resolvió en junio autorizar a la multinacional a que inicie la construcción del centro de datos, aunque este permiso está sujeto al cumplimiento de siete condiciones, informó este jueves El Observador. La empresa recibió la notificación hace varias semanas, pero todavía no inició la obra en el Parque de las Ciencias, en el departamento de Canelones.
La resolución establece que la autorización quedará sin efecto si Google demora más de dos años en comenzar la construcción de la obra.
Ambiente le exigió a Google no utilizar una de las calles cercanas al predio (el camino Gonzalo Rodríguez) y a actualizar el Plan de Gestión Ambiental de Construcción, que deberá tener como mínimo programas de gestión de residuos de la obra, de manejo del tránsito, de gestión de efluentes y de relacionamiento comunitario.
El proyecto de Google –exige Ambiente– debe “construirse y operarse” de acuerdo a lo estipulado en todos los documentos presentados, salvo en los que “contradigan las condiciones incluidas de en la resolución”. En esos casos, la multinacional deberá comunicárselo a la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea) por “escrito y con antelación” cuando se inicien las obras, agrega la resolución consignada por el medio uruguayo.
La tecnológica deberá presentar a los 45 días de comenzada la operación cada módulo del data center, los resultados y el análisis de algunos monitoreos. Además, los registros generados por las actividades de monitoreo en la fase de operación del proyecto deberán mantenerse “a disposición” de la Dinacea, agrega otra de las exigencias de la secretaría de Estado.
Si Ambiente constata “impactos ambientales no previstos” en el plan original, Google deberá establecer medidas de mitigación y presentarlas ante la Dinacea para su evaluación y monitoreo.
Por último, el ministerio establece que todos los cambios que tenga el proyecto original deberán ser comunicados a la dirección, que los analizará y definirá si están autorizados.
La construcción de la planta de Google consta de cuatro etapas. La obra demandará 26 meses y empeleará entre 300 y 400 trabajadores, con un pico cercano a 800. Cuando el data center esté operativo, habrá unos 50 puestos de trabajo.
El centro de datos funcionará ininterrumpidamente durante las 24 horas del día y UTE, la empresa estatal encargada del suministro de energía, lo abastecerá en base a una subestación eléctrica que se ubicará en el interior. El consumo de energía máximo que requiere el data center será de 560 gigavatios por año, según un informe técnico entregado al ministerio.
A su vez, la empresa informó que en lugar de utilizar agua potable, tendrá un sistema de refrigeración conocido como chillers.
En noviembre, en una reunión en la sede del gobierno uruguayo, los representantes de la empresa confirmaron la obra. El gobierno de Uruguay interpreta esta inversión como un “nuevo paso” de la compañía en el país, que se suma a la llegada del cable submarino Firmina, con el que Google unirá Punta del Este con la costa este de Estados Unidos.
“Uruguay se afianza como destino para las grandes compañías tecnológicas y fortalece su posicionamiento como hub de innovación y tecnología para la región y el mundo”, dice el texto difundido por el gobierno.
La inversión “sitúa al país en una posición de privilegio para aprovechar la oportunidad de captar inversiones en el dinámico y creciente mercado de almacenamiento de datos, derivado del explosivo desarrollo de la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el big data”, finaliza el comunicado, que se difundió tras ese encuentro.