Dos fiscales de Paraguay llegaron a Bolivia y se reunirán el miércoles con el fiscal general boliviano para coordinar e intercambiar información sobre el crimen organizado que opera en ambos países y, específicamente, sobre el capo de la droga el uruguayo Sebastián Marset buscado en varios países del continente.
Según las autoridades bolivianas, Marset montó una “organización criminal transnacional” en Uruguay, Paraguay y Bolivia para exportar cocaína a Europa en alianza con cárteles brasileños. Pero no tiene una causa abierta por narcotráfico en Bolivia, sino una por legitimación de ganancias ilícitas.
La semana pasada, la policía española detuvo en el aeropuerto de Madrid a Gianina García, esposa de Marset, acusada en Paraguay al igual que su marido por tráfico de drogas y blanqueo de capitales.
“No hay mucho para decir. Espero que salga a la luz que se ha perseguido todo este tiempo a una persona inocente, solo por ser mi mujer. Espero que con los abogados se pueda demostrar la falsedad de los delitos por la cual la quieren imputar y que quede claro que no es ninguna delincuente, que los delincuentes son los paraguayos que tiene a cargo ese caso por perseguir a una persona inocente”, aseguró Marset sobre la detención de su esposa, en un audio difundido en la televisión uruguaya.
El narcotraficante señaló que la estrategia de las autoridades paraguayas “se va a caer muy pronto”. “Yo me encargaré con mis abogados de que, mínimo, destituyan de su cargo a la jueza y al fiscal. Mínimo eso, porque la verdad es que les corresponde pagar cárcel por todos los daños que han ocasionado en mi mujer, en mis hijos, por sufrir esta situación, por más de dos años de persecución”, cuestionó.
“Me preguntaban el otro día por qué (mi pareja) no asume los cargos así después puede estar tranquila con sus hijos. Y mi respuesta es bien simple: ella no tiene cargos que asumir. Hay varios procesados en esa causa que están en la cárcel sin haber cometido ningún tipo de delito, presos por el simple hecho de conocerme”, agregó Marset.
Finalmente, agregó que fue pareja quien decidió “irse a entregar a España” para “resolver su problema” y le quitó relevancia a la actuación policial.
El uruguayo también está acusado en Paraguay de ser el cerebro del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en Colombia en mayo de 2022 durante su luna de miel.
“Esperamos compartir información. Será una reunión de coordinación con los fiscales paraguayos que están llevando la investigación (sobre Marset)”, declaró Juan Lanchipa, fiscal general de Bolivia poco antes de la reunión.
Entre los agentes antidroga paraguayos, se encuentra el fiscal Deny Pak quien investiga a Marset en ese país.
Marset, de 33 años y ex futbolista, puso en apuros a las autoridades bolivianas hace un año tras huir de su mansión en la ciudad de Santa Cruz, en el oriente boliviano, donde vivió con una identidad falsa por meses junto a su esposa e hijos. La policía ejecutó redadas y ofreció recompensa de 100.000 dólares, pero no pudo capturar al capo uruguayo que llevaba una vida cómoda en esa ciudad donde practicaba fútbol.
Con una frontera de 742 kilómetros con Bolivia, Paraguay es una de las rutas de la cocaína boliviana y peruana hacia Brasil y Argentina, según las autoridades.
Un sicario asesinó a un ex socio de Marset
El delincuente Rodrigo “Loly” Fontana, uno de los presuntos socios de Marset, fue asesinado cuando llegaba a un restaurante en la ciudad de Santana do Livramento, en la frontera de Uruguay y Brasil. Fontana, que estaba acompañado por su familia, estacionaba su vehículo cuando un hombre en una moto y le gatilló al menos seis veces.
El asesino tuvo dificultades para volver a prender su moto, como se aprecia en un video registrado por una cámara de seguridad de la zona, pero finalmente lo logró y se retiró en dirección a la frontera con Uruguay, donde prendió fuego la moto y la dejó abandonada. La familia de Fontana quedó dentro de la camioneta y ninguno de los integrantes resultó herido, según informó el noticiero Telemundo de Canal 12. El caso lo investiga la Policía brasileña.
Fontana era un traficante de armas y municiones, tanto en Rivera como en Santana do Livramento, las ciudades uruguayas y brasileñas vecinas. También traficaba en la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay, según el medio uruguayo.
Si bien la policía brasileña no relaciona a Fontana con ninguna organización criminal, en Uruguay se asegura que era un socio de Marset en el Primer Cárcel Uruguayo, que lidera el narcotraficante que está prófugo de la Justicia.
(Con información de AP)