El delincuente Rodrigo “Loly” Fontana, uno de los presuntos socios del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, fue asesinado cuando llegaba a un restaurante en la ciudad de Santana do Livramento, en la frontera de Uruguay y Brasil. Fontana, que estaba acompañado por su familia, estacionaba su vehículo cuando un hombre en una moto y le gatilló al menos seis veces.
El asesino tuvo dificultades para volver a prender su moto, como se aprecia en un video registrado por una cámara de seguridad de la zona, pero finalmente lo logró y se retiró en dirección a la frontera con Uruguay, donde prendió fuego la moto y la dejó abandonada. La familia de Fontana quedó dentro de la camioneta y ninguno de los integrantes resultó herido, según informó el noticiero Telemundo de Canal 12. El caso lo investiga la Policía brasileña.
Fontana era un traficante de armas y municiones, tanto en Rivera como en Santana do Livramento, las ciudades uruguayas y brasileñas vecinas. También traficaba en la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay, según el medio uruguayo.
Si bien la policía brasileña no relaciona a Fontana con ninguna organización criminal, en Uruguay se asegura que era un socio de Marset en el Primer Cárcel Uruguayo, que lidera el narcotraficante que está prófugo de la Justicia.
Fontana era considerado una pieza clave de la organización de Marset. A él se le había incautado un cargamento con 450 kilos de cocaína. Había sido detenido en marzo de 2021 en Brasil y, un año y medio después, extraditado a Uruguay. En septiembre de 2022 había sido imputado por la Justicia uruguaya por varios delitos.
Fontana era parte de las más de 40 personas que son investigadas en Uruguay por pertenecer a la organización liderada por uno de los narcotraficantes más buscados de la región. Se lo vinculaba, además, a un atentado hacia una Brigada Antidrogas en Uruguay y a las amenazas recibidas por la fiscal de Estupefacientes de 1º turno, Mónica Ferrero; ambos hechos ocurrieron en mayo de 2020. Sin embargo, la defensa del imputado aseguró que no hay elementos vinculatorios entre Fontana y los dos hechos mencionados anteriormente.
La Fiscal había recibido en su celular el mensaje: “Estamos un poquito enojados, como ve, con la parte de narcóticos. Ya le dimos un pequeño susto para que vean que no les tenemos miedo. Queremos que nos respeten ustedes para que nosotros los podamos respetar. A partir de ahí, no va a haber atentados ni contra las entidades a cargo de usted, ni contra usted. Si siguen haciendo las cosas difíciles para nosotros, vamos a ser un poquito más duros. Si ustedes flexibilizan, nosotros también lo haremos”.
Un día después de ese texto, una brigada antidrogas fue atacada con una bomba molotov.
La investigación por este caso avanzó en Uruguay y cerca de 40 personas fueron imputadas entre 2020 y 2021 por el atentado a la Brigada de Drogas y la amenaza a la fiscal, informó El Observador. La Fiscalía uruguaya tiene el convencimiento, además, de que Marset está detrás de la organización y de que un nexo que une a algunos de los imputados son las drogas y los autos.
Además de Fontana, también fue imputada su pareja, Romina González, dos meses antes. Fue detenida mientras conducía una camioneta con 450 kilos de droga. La mujer, según el fiscal Diego Pérez, había realizado “sendos giros dinerarios” a través de redes de cobranzas. Parte de ese dinero era dirigido a Lourdes Ramírez, otra integrante de la organización que luego fue condenada en un proceso abreviado (que implica el reconocimiento de un delito a cambio de una pena menor).
Por este caso también fue condenado el hijo del contratista de fútbol Gerardo Arias, quien utilizaba el celular desde donde salió el mensaje con la amenaza.