En medio de la crisis que Cuba atraviesa desde hace años -que se agudizó con la pandemia del coronavirus-, el régimen de Miguel Díaz-Canel reconoció este miércoles la fragilidad de su sistema económico y la necesidad de dolarizar parcialmente su cuentas, para evitar una mayor devaluación de la moneda local.
Ante la Asamblea Nacional, el primer ministro, Manuel Marrero, comenzó apuntando que existe una escasez de divisas -que el oficialismo atribuye a la baja en el turismo y las sanciones de Estados Unidos, y no a sus errores en política monetaria-, que dejan al país sumido en condiciones propias de una “economía de guerra” y que hacen inevitable la aplicación de una serie de medidas que permitan cambiar la el rumbo.
Resulta necesario transitar “por este camino”, insistió, antes de anunciar una serie de ajustes, la segunda en tan solo seis meses.
Debido a que en el sector privado y el mercado informal circulan cerca de USD 2.000 millones, que muchos cubanos utilizan para importar sus productos pero que quedan por fuera del sistema oficial, el régimen anunció que se prohibirá que los negocios privados -con pocas excepciones, entre ellas las aerolíneas y las empresas extranjeras- cobren sus productos en divisas, mientras que sí se permitirá al sector turístico cobrar en moneda extranjera en efectivo a los turistas.
Asimismo, se comenzarán a cobrar las importaciones del sector privado en divisas, para poder aumentar la liquidez de otras monedas en el país.
Por último, entrará en vigencia, de forma gradual, un nuevo tipo de cambio para evitar una mayor devaluación y “un impacto no deseado en la inflación”. No obstante, no se precisó a cuánto pasarán las actuales cotizaciones de 24 pesos por billete verde para personas jurídicas y 120 pesos por dólar para personas físicas, ni cuándo y cómo se llevará a cabo la medida, ya que Cuba carece de un mercado cambiario que permita vender divisas.
Inclusive, en el mercado paralelo, el principal método de obtención de divisas de la ciudadanía, cada dólar cotiza a cerca de 310 pesos, lo que expone la amplia brecha existente.
Con estos anuncios, según Marrero, el régimen espera poder “restituir el orden y la disciplina” en el país, mientras realiza también un “proceso de saneamiento de las cuentas en divisas de las entidades estatales”.
De todas formas, las autoridades deberán esforzarse un poco más por mejorar las cuentas del país, cuya economía sigue contrayéndose. Esta semana, el Ministerio pertinente confirmó que durante el último año, el rubro había caído un 1,9% y completó el cuarto año consecutivo que la isla se mantiene por debajo de los niveles pre pandemia, mientras la inflación se situó en un 30% interanual, aproximadamente.
Además, un informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos expuso que la pobreza ya alcanza al 89% de la población, un punto porcentual más que en 2023, que se traduce en un deterioro continuo en las condiciones de vida de las personas, que ya de por sí tienen muchos de sus derechos vulnerados.
Nuevamente, el dirigente de la cartera, Joaquín Alonso Vázquez, apuntó contra las sanciones de la Casa Blanca, la falta de divisas y combustibles, la limitada oferta de productos y el exceso de pesos en efectivo en circulación, entre otras “distorsiones”, sin hacer alusión a los manejos erróneos y las decisiones desacertadas de La Habana.
Por otro lado, junto con la presentación de los números del año pasado, adelantó que durante el primer semestre de 2024 se había recibido el 88% de las divisas que se esperaban, es decir, 222 millones de dólares menos de los previstos.
(Con información de EFE)