El plan de gobernanza de Durán, elaborado con el apoyo de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), busca reducir la violencia y mejorar la convivencia ciudadana en el que se ha convertido en uno de los municipios más peligrosos del Ecuador. Este plan forma parte del programa Capacidades para la paz, la seguridad y la reducción de las violencias en el Ecuador - Construimos Paz y se centra en la prevención social, la mejora de la percepción de seguridad y la recuperación de espacios públicos, según ha informado Luis Chonillo, alcalde de la ciudad. En una rueda de prensa, celebrada a inicios de este mes, las autoridades señalaron que el Plan de Convivencia Pacífica y Gobernanza Ciudadana incluye siete líneas de acción y 124 actividades concretas.
El tráfico de tierras es uno de los mayores desafíos identificados en el plan, según publicó Primicias, pues la ocupación y venta clandestina de terrenos son prácticas comunes. Es decir, los terrenos ocupados se dividen y se venden ilegalmente, llegando a tener múltiples dueños. Estas transacciones estarían dominadas por la banda criminal Los Chone Killers, que opera en la zona y que ganó poder durante la pandemia por coronavirus.
La distribución y acceso al agua en Durán es otra área crítica. Solo el 20% de los habitantes recibe agua potable por tubería, mientras que el resto depende de camiones tanqueros, que a menudo venden el agua a precios inflados y desvían suministros destinados a sectores planificados.
El plan de gobernanza, según Expreso, también aborda la inseguridad general en el cantón. En 2023, Durán se convirtió en una de las ciudades más violentas del mundo de acuerdo a su tasa de homicidios. Este año, los asesinatos se cuadriplicaron, de acuerdo con datos publicados por Primicias. Para lograr cambiar esa realidad, el plan incluye la mejora de la iluminación pública, el empoderamiento de la comunidad, el fortalecimiento de las instituciones y la creación de espacios públicos seguros y accesibles, según con los medios locales.
Una ciudad bajo el poder del narco
Durán, ubicada a 10 kilómetros de Guayaquil, se ha convertido en la zona donde los grupos delictivos que ahí operan cooptan a niños desde los 10 años y los introducen a un mundo de drogas, muerte y destrucción. Ese lugar, más recientemente ha sido catalogado como el almacén de la cocaína por la plataforma especializada en seguridad Insight Crime. Su cercanía con Guayaquil favorece a las operaciones criminales de exportación de drogas, pero también muestra un contraste sobre la forma de vida. Mientras Guayaquil es considerada la capital económica del país, con un alto flujo comercial y con élites empresariales y políticas, Durán lleva casi 40 años en el abandono: “La realidad de Durán sobrepasa los límites de la precariedad. Según la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA), un 70% de la ciudad no tiene redes de agua potable y un 78% tampoco tiene alcantarillado. Las calles se inundan con la lluvia, las letrinas desbordan; y, en esas condiciones, cada familia necesita mensualmente un mínimo de USD 60 para abastecerse del agua que llevan los tanqueros”, se describe en una investigación de Tierra de Nadie, Periodistas sin Cadenas, Plan V, La Barra Espaciadora, Gestión Digital y Ecuador Chequea.
Si bien Ecuador no es un país productor de cocaína, sus puertos son claves para el tráfico de drogas hacia Centroamérica, América del Norte y Europa. El país se ubica entre los dos mayores productores del mundo, Colombia al norte y Perú al sur. La información recopilada por investigadores y analistas de información antinarcóticos indica que una gran parte de la cocaína producida en los departamentos del sur de Colombia, entre el 70% y el 80%, ingresa a través de la frontera norte de Ecuador. Este flujo de drogas se lleva a cabo a través de diversas rutas que atraviesan el territorio ecuatoriano con destino a mercados internacionales.
En ese contexto, Durán es como un microcosmos de Ecuador, según una reciente investigación de Insight Crime. Con una ubicación estratégica cerca del centro de narcotráfico en Guayaquil y con una larga historia de debilidades sociales y criminales, la ciudad se ha convertido en un terreno fértil para la actividad delictiva. La pandemia del coronavirus fue el momento cuando las bandas que ahí operan se fortalecieron porque cuando las interrupciones en la cadena de suministro aumentaron, creció la presión sobre las rutas de distribución de la cocaína. En declaraciones para la plataforma especializada en seguridad, Renato Rivera, coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), explicó que la droga que debía exportarse ilegalmente durante los meses más álgidos de la pandemia quedó represada. Entonces, los Chone Killers, que nacieron como el brazo armado de Los Choneros, “cobró muchísima fuerza”.
Los Chone Killers son una banda delictiva surgida de Los Ñetas, una pandilla transnacional de origen puertorriqueño, que se dedica principalmente al narcotráfico. Operan en la provincia de Guayas, especialmente en ciudades como Guayaquil, Daule y Durán, con su principal centro de operaciones en el sector El Arbolito, al norte de Durán. Los Chone Killers también son conocidos por cometer sicariatos, robos y asaltos.
La violencia que enfrenta Durán proviene de las disputas entre los Chone Killers y los Latin Kings, según Insight Crime, pues “se disputan el control de las rentas criminales de la ciudad”. De acuerdo con la investigación, la “actividad criminal, así como la violencia, parecen concentrarse en el centro industrial que sirve como zona de bodegaje para las mercancías legales e ilegales que circulan por el puerto de Guayaquil”.