La clave para curar muchos tipos de cáncer está en una detección temprana, pero la identificación en el inicio de la enfermedad no es algo sencillo. Algunos tumores se desarrollan en el cuerpo durante meses o años sin generar ningún síntoma. La consecuencia de este crecimiento silencioso es un diagnóstico tardío de la enfermedad y, por ende, la reducción de las oportunidades de curación y del tiempo de vida del enfermo.
Preocupados por este problema, un grupo de científicos uruguayos pensó en una solución para lograr la detección temprana. La startup B4-RNA desarrolló un método para el diagnóstico del cáncer que consiste en la detección de moléculas que los tumores liberan en la sangre mucho antes de producir los primeros síntomas.
La empresa es uno de los cuatro emprendimientos que forman parte de LAB+ Company Builder, una aceleradora del Institut Pasteur de Montevideo que apoya ideas de científicos en el campo de medicina, biología y tecnología. El proyecto otorgó USD 750.000 en el plazo de dos años para que las firmas puedan desarrollar sus investigaciones.
En términos técnicos, B4-RNA desarrolla un método para detectar ARN extracelulares en muestra de sangre y presta particular atención a los que están “altamente estructurados”, que no suelen ser identificados. Estos estudios permiten detectar cambios en la expresión de los genes en los tejidos y así monitorear posibles enfermedades.
“De esta forma, apunta a una detección temprana del cáncer para que los pacientes tengan más posibilidades de curación o aumentar su expectativa de vida”, explica la empresa en la página web.
Con la idea de que “el diagnóstico temprano hace la diferencia”, Juan Pablo Tosar –fundador de B4-RNA– se embarcó en este proyecto.
Hay una diferencia entre los tumores en órganos externos –como el cáncer de mama o de piel– y los que se desarrollan dentro del cuerpo. Los primeros pueden ser detectados en etapas tempranas y tienen “tasas de curación muy altas”, explicó Tosar, entrevistado este jueves en el programa En Perspectiva. Los de órganos internos son los que se detectan en general en “etapas tardías” y la posibilidad de curación “baja drásticamente”.
“Nosotros podemos adelantar el diagnóstico de cáncer para tipos de cáncer que no detectamos a tiempo porque normalmente no los vemos. El efecto o incidencia que eso puede tener sobre la curación del cáncer es enorme”, explicó Tosar, respecto a la decisión de centrarse en el estudio de este método.
En términos menos técnicos, lo que se podrá detectar con un análisis son las “moléculas que viajan por la sangre de forma alterada”. “Es un cáncer que ya está instalado en el cuerpo, pero en una etapa temprana y por tanto todavía no se manifiesta de otra manera”, dijo el científico, en referencia a que en esta etapa todavía no se presentan los síntomas de la enfermedad.
“Si podemos detectar las moléculas que las células tumorales liberan a la sangre, tenemos la capacidad de ver la presencia del cáncer a partir de un análisis de sangre, que es algo muy poco invasivo. Eso es algo a lo que las personas sanas podrían someterse con cierta regularidad”, explicó el científico.
La ciencia buscó durante mucho tiempo moléculas que liberaran las células tumorales a la sangre. Inicialmente se investigó a través de proteínas (o biomarcadores proteicos, en la jerga) y luego con ADN de esas células. Esta segunda alternativa está avanzada y, según Tosar, ha mostrado resultados “interesantes” aunque presenta “algunos problemas técnicos”.
De forma más reciente, comenzó a ser de interés el estudio del ARN que viaja por la sangre, que es “más propio de la célula tumoral”. Por este motivo, la startup se centró en el estudio a partir del ácido ribonucleico que liberan esas células malignas.
Guska es otra de las empresas que trabaja en el Institut Pasteur. Su tarea consiste en diseñar tratamientos para combatir las células cancerígenas sin afectar a las sanas. Scaffold Biotech aplica la inteligencia artificial para crear vacunas más efectivas y brindar soluciones a problemas que afectan al sector agropecuario. LoCBio, por último, plantea reprogramar células para que puedan desarrollar tareas específicas y lograr “productos bioterapéuticos” para combatir el cáncer colorrectal.