En las últimas semanas, los habitantes de varias zonas de Guayaquil, una ciudad de la costa ecuatoriana, han reportado ruidos y vibraciones que han despertado su curiosidad. Estos fenómenos han generado una serie de teorías y especulaciones, pero los expertos señalan una causa natural: la actividad del volcán Sangay.
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN) ha explicado que los ruidos y vibraciones que se perciben en Guayaquil tienen su origen en las explosiones y emisiones de gas y ceniza del volcán Sangay, ubicado a unos 190 kilómetros de distancia. Este volcán, uno de los más activos de Ecuador, ha estado en constante actividad en los últimos años, y sus bramidos se han vuelto más perceptibles debido a las condiciones atmosféricas y a la topografía de la región.
Según el IGEPN, “en ocasiones en zonas cercanas estos ruidos no se escuchan (zona de sombra). Sin embargo, condiciones particulares en la atmósfera permiten la propagación del sonido a zonas más lejanas”. Estas ondas sonoras se desplazan a través del aire y pueden ser amplificadas por fenómenos como la inversión térmica, que ocurre cuando una capa de aire frío queda atrapada bajo una capa de aire caliente, creando una especie de conducto que transporta el sonido de manera más eficiente. Por ello, los expertos insisten en que las ondas sonoras provenientes del volcán Sangay viajan a través del aire y pueden ser escuchadas en estas zonas debido a las condiciones atmosféricas favorables.
Además de Guayaquil, estos ruidos también han sido reportados en otras localidades del Ecuador, incluyendo las provincias de Bolívar (en la Sierra) y Los Ríos (en la Costa). Ciudades como Durán y Samborondón, en el litoral, han registrado eventos similares.
Según reportes de medios locales, los ciudadanos que han escuchado estos ruidos reaccionan de distintas maneras: mientras algunos muestran preocupación por la posible peligrosidad de los ruidos, otros han expresado curiosidad y buscan entender más sobre los fenómenos naturales que los causan. Según Primicias, los científicos del Instituto Geofísico han estado trabajando en educar a la población sobre la naturaleza de estos ruidos para mitigar el miedo y la desinformación. “Es importante que la ciudadanía sepa que estos sonidos no representan un peligro inmediato, sino que son parte de la actividad volcánica normal del Sangay”, afirmó un vocero del instituto al medio.
Además de los ruidos, la actividad del Sangay ha tenido otras repercusiones en la región. La ceniza volcánica ha llegado en ocasiones a distintas provincias, afectando la salud de las personas y la actividad agrícola. En Guayaquil, aunque la ceniza no ha sido un problema frecuente, sí ha habido episodios de caída leve que han generado molestia entre los habitantes.
El Sangay es un volcán que se caracteriza por su actividad eruptiva continua, lo que significa que las explosiones y emisiones de gas son habituales. Esta actividad es monitoreada constantemente por el Instituto Geofísico, que emite informes regulares sobre el estado del volcán y las posibles afectaciones. Las autoridades recomiendan a la población mantenerse informada a través de fuentes oficiales y seguir las indicaciones en caso de eventos significativos.
Además de las explicaciones científicas, en redes sociales han surgido diversas teorías sobre el origen de los ruidos y vibraciones. Algunos usuarios han especulado sobre la posibilidad de obras de construcción subterráneas o incluso fenómenos paranormales. Estas teorías, aunque infundadas, han contribuido a la confusión y al aumento de la inquietud entre ciertos sectores de la población.
Según el diario Expreso, las autoridades locales han instado a la calma y han reforzado la comunicación sobre las verdaderas causas de los ruidos. El municipio de Guayaquil ha coordinado con el Instituto Geofísico para realizar charlas informativas en diferentes barrios de la ciudad, con el objetivo de esclarecer dudas y brindar tranquilidad a los pobladores. El Instituto Geofísico ha destacado que este fenómeno no es nuevo: “Se tienen reportes de haber escuchado sonidos provenientes del Sangay en Guayaquil y Riobamba en las erupciones de: 1892, 1919, 1941 y 1959″.