(Desde Montevideo, Uruguay) - El gobierno de Luis Lacalle Pou llega a una nueva cumbre de presidentes del Mercosur con un discurso que, a esta altura, suena conocido. El mandatario uruguayo reiterará su intención de flexibilizar el bloque, de forma que los países puedan negociar de forma paralela acuerdos a “distintas velocidades”. Su canciller, Omar Paganini, anticipó la visión este domingo, cuando habló en una reunión de ministros en Asunción.
El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay reflexionó en el encuentro sobre los “problemas” que enfrenta la región, como que no haya medidas arancelarias intrazonas. “Comenzamos hace más de 30 años y siempre reconocemos que estamos aún distantes de una zona de libre comercio”, lamentó Paganini en su discurso, consignado por El Observador.
“Tal vez no en términos de eliminación arancelaria, pero sí en medidas de carácter administrativo, financiero, cambiario o de cualquier naturaleza mediante la cual algunos de los estados partes, o todos en algún punto, impedimos o dificultamos el comercio recíproco”, agregó.
En la cumbre de presidentes, Uruguay asumirá la Presidencia Pro Témpore del bloque. El gobierno uruguayo se propone durante este período “perfeccionar el Mercosur como zona de libre comercio”, un objetivo que Paganini definió como “realista”. Para lograrlo, es necesario avanzar en “la identificación y eliminación de barreras al libre comercio”, dijo.
Uruguay se propone también dar continuidad a los trabajos sobre adecuación y actualización del régimen de origen, adaptación y convergencia del proceso regulatorio del bloque.
La segunda meta del gobierno de Lacalle Pou es conseguir mejoras en infraestructura logística, de transporte y de conectividad. Se buscará “una nueva geografía del transporte que beneficie la competitividad y acerque a los ciudadanos”. En estos temas los países han logrado algunos avances, como el acuerdo entre Uruguay y Brasil por un aeropuerto internacional en Rivera.
“Estas infraestructuras muestran como la mejor conectividad entre nuestras economías aporta competitividad a nuestras cadenas productivas, potencia nuestras exportaciones y la conexión entre nosotros con el mundo, y así nos van transformando de a poco en una plataforma común de inserción internacional y de comercio intrarregional”, explicó.
El tercer punto que mencionó el canciller fue la profundización de la agenda externa, para lograr una “mejor inserción internacional en un contexto global complejo”, señaló. La agenda actual es “crítica para Uruguay” y “para todo el bloque”, más aún en un mundo “impredecible” y “crecientemente proteccionista”, apuntó Paganini. “Hoy podemos constatar que tenemos una agenda externa numerosa en cuanto a la cantidad de procesos, pero muy limitada en cuanto a resultados”, señaló.
La presidencia uruguaya del Mercosur buscará “profundizar los acercamientos con Japón, Vietnam y explorar la posible conclusión de las negociaciones con Canadá”, aseguró. El canciller uruguayo sostuvo que es fundamental que el bloque regional se abra al mundo para cumplir sus metas.
El canciller uruguayo también lamentó las demoras en las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea para crear un tratado de libre comercio, un tema que se discute desde 1999. Paganini recordó que la negociación estaba “prácticamente cerrada” y que no se debió correr el riesgo de “re abrirla” en 2019. “Sin perjuicio de eso, mantenemos nuestro firme compromiso de retomar prontamente los intercambios sobre estas cuestiones pendientes con todo el esfuerzo”, expresó.
La canciller argentina Diana Mondino coincidió en la necesidad de tener “una mirada crítica sobre el presente” del Mercosur e indicó que se necesita un”shock de adrenalina” para despertar del largo letargo. “El mundo va más rápido” que el Mercosur, señaló la representante del gobierno de Javier Milei. Consideró que la economía debería ser “más abierta y liberal”.
El brasileño Mauro Vieira, en tanto, habló de la necesidad de “fortalecer” la institucional del Mercosur para enfrentar los desafíos globales.