(Desde Santiago, Chile) Esta historia va más o menos así: el 3 de junio pasado, Ignacia Uribe, directora ejecutiva de la Fundación Veg, se presentó en una sesión de la comisión que tramita la reforma a la actual Ley de Pesca. En aquella oportunidad, la periodista y máster en Derecho Animal, abogó por reducir el sufrimiento de los animales marinos para el consumo humano -léase peces, moluscos y crustáceos -, asegurando que se trata de seres “sintientes”, algunos de ellos incluso con personalidad propia.
“La verdad es que los peces son más que números y toneladas (...) Cada uno de esos peces es un individuo con su personalidad, pensamientos, intereses y memoria, hay peces tímidos y atrevidos (...) han aprendido a jugar fútbol, a hacer trucos y utilizar herramientas”, señaló Uribe, según consignó una nota de La Tercera.
Sus argumentos sirvieron para recordar a unos curiosos peces futbolistas que viven en China (ver video), pero sobre todo para que el diputado Jorge Brito (Frente Amplio), presidente de la Comisión de Pesca, propusiera una indicación tendiente a proteger los recursos marinos “sintientes”, propuesta que causó más de una burla tanto en la oposición como en las filas del oficialismo y que rezaba así:
“Bienestar animal. El estado establecerá los mecanismos necesarios para garantizar el correcto manejo de los recursos hidrobiológicos sintientes en la pesca industrial. En todo momento se deberá respetar el estado físico y mental del animal, por lo que estará estrictamente prohibido generarles estrés y dolor innecesario, tratarlos de forma cruel, o prolongar su agonía”.
Las mofas vinieron principalmente del diputado opositor Sergio Bobadilla (UDI), quien ya había sido criticado severamente por Brito tras descubrirse - gracias a un reportaje del medio de investigación Ciper - , que 211 de las indicaciones que sugirió para la nueva ley habían sido copiadas íntegramente de un informe emitido por Sonapesca, nada menos que la organización gremial de las pesqueras.
A modo de revancha, Bobadilla blandió este martes una nota de La Tercera que reveló que el polémico apartado propuesto por Brito - y otras 152 enmiendas - son un mero “copy-paste” de las propuestas de la ONG Fundación Veg, y ahí comenzó una guerra de dimes y diretes que tiene a la Comisión de Pesca convertida en un hervidero.
Mea culpa de Brito
La noche de este miércoles, Brito hizo un mea culpa y en conversación con CNN Prime, asumió que la indicación finalmente rechazada por la comisión “más que disparatada, da para varias interpretaciones”, y reconoció que “debía ser formulada en otros términos”.
“No solo tuvimos los insumos de la fundación, sino que de expertos de la Universidad de Cambridge. Es importante esta discusión de cuánto es el nivel de conciencia del nivel de sufrimiento que se le ocasiona a otros seres”, señaló.
“Lo que yo hago propio son las indicaciones para mejorar la pesca artesanal, la situación de las pesquerías y la evidencia científica en la toma de decisiones. La pesca artesanal se está empobreciendo producto de la actual Ley de Pesca corrupta”, indicó el parlamentario.
Sin embargo, Brito fue más allá y apuntó a posibles actos de corrupción por parte de Bobadilla, luego que éste presentara un documento con un análisis propio de las indicaciones presentadas a la reforma de la Ley de Pesca.
Según Brito, “algo huele mal y le hemos pedido al diputado Bobadilla que abra su correo electrónico, WhatsApp y cuenta bancaria. Él y su partido ha sido uno de los férreos opositores a levantar el secreto bancario en esta Cámara y ahora que ridiculizan el asunto, sería importante confirmar que no hay una contraprestación en el favor que le ha hecho el diputado Bobadilla a las 7 familias de la pesca industrial”.