(Desde Montevideo, Uruguay) - El nacionalista Álvaro Delgado ganó con holgura las elecciones internas de su partido, pero su discurso en la noche del domingo se hizo esperar. El confirmado postulante a la Presidencia por el oficialismo quería cerrar a su compañera de fórmula y esperó hasta la medianoche para anunciar que Valeria Ripoll lo acompañaría por la vicepresidencia. El anuncio fue una sorpresa para dirigentes del partido, quienes fuera de micrófonos cuestionaban la decisión –incluso la catalogaban como un “desastre”–. Otros, como el senador Sebastián Da Silva, se animaron a criticar la decisión públicamente.
Cuando Delgado anunció a Ripoll, la candidata recibió abucheos de parte de la militancia. Es que la dirigente perteneció al Partido Comunista del Uruguay, fue la secretaria general de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales –el sindicato de trabajadores de la Intendencia de Montevideo– y se desempeñaba como una combativa panelista en la televisión. Hace poco tiempo se incorporó en las filas del Partido Nacional.
Ante estos cuestionamientos internos, la estrategia de Delgado fue salir a dar varias entrevistas en conjunto, como un modo de presentación de la fórmula. En el noticiero Telemundo de Canal 12, el candidato a presidente dijo que Ripoll es complementaria y “enamora mucho más que a los blancos”. “Necesitábamos una figura que tuviera mucho compromiso social y que pudiera conectar con sensibilidades especiales”, señaló.
Delgado explicó que con la elección de Ripoll busca pensar en octubre y en noviembre, la fecha de las elecciones nacionales y del eventual balotaje. “Sé que hubo sorpresas en algunos militantes, pero les pido que confíen. Estamos con el objetivo de mirar más lejos”, expresó y adelantó que la campaña será de “propuestas y debate” sin entrar en los “agravios”.
Ripoll, por su parte, explicó que se enteró de que iba a integrar la fórmula la noche misma de la elección. En la entrevista, contó que se fue del Frente Amplio porque se “decepcionó”. “Personas del Partido Nacional me demostraron que hay políticos en este país con sensibilidad social”, expresó.
Delgado tomó la decisión luego de una votación baja para el Partido Nacional –que tuvo 133 mil votos menos que en la misma instancia de 2019– y de un magro desempeño de Laura Raffo, la economista que llegaba como su principal competidora en la interna. Si Raffo hubiera tenido una mayor votación, tenía más chances de integrar la fórmula, informó El País este martes.
Sin embargo, la cantidad de votos encendió algunas alarmas y se buscó una alternativa disruptiva que permita captar votos por fuera de la militancia del Partido Nacional. En el comando de Delgado manejaban una medición que mostraba que Ripoll tenía mejores niveles de aceptación que Raffo como candidata a vicepresidenta. Con su elección, Delgado busca mejorar su votación en Montevideo y el área metropolitana, según el medio uruguayo.
La fórmula colorada
Una incógnita que quedó planteada en la noche del domingo fue quién sería el candidato a vicepresidente del Partido Colorado. Andrés Ojeda, un abogado penalista de 40 años, fue el ganador de la interna, pero la decisión de su compañero de fórmula fue postergada hasta el lunes. Robert Silva, quien salió segundo, fue el elegido para la candidatura a presidir el Senado. Durante el actual gobierno, Silva fue el líder del organismo rector de la educación pública.
Este partido es el que históricamente ha gobernado a Uruguay, pero su intención de voto se desplomó luego de la crisis del 2002.
La interna partidaria estuvo marcada por las diferencias entre la mayoría de los candidatos y Ojeda, quien fue la revelación de los colorados. Pero, tras el anuncio, se comprometieron a dejar esos enfrentamientos atrás. “Tenemos que estar espalda con espalda en la primavera que se nos viene por delante porque estoy convencido de que viene la primavera del Partido Colorado. Nos vamos a meter en la definición, creo que se vienen muy buenos tiempos”, dijo Ojeda.