Los incendios en los humedales de Brasil alcanzaron un récord en 2024

Los expertos advierten que los fuegos, provocados por El Niño y el cambio climático, son peores que los de principios de 2020, cuando ardió un tercio del Pantanal

El humo de un incendio se eleva en el aire en el Pantanal, el humedal más grande del mundo, en Corumbá, estado de Mato Grosso do Sul, Brasil (REUTERS/Ueslei Marcelino)

Mientras José Cleiton y Brandao Amilton se adentran a caballo en la inmensidad de los humedales de hierba del Pantanal brasileño, un muro de humo se eleva desde el horizonte hasta el cielo. Lo peor de la estación seca aún está lejos, pero estos humedales brasileños se encuentran tan secos que los incendios forestales se multiplican.

El número de incendios en el Pantanal en lo que va de año se han multiplicado por diez respecto del mismo período del año pasado, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil. Este bioma sin igual, declarado Patrimonio de la Humanidad por la ONU, se ha convertido en un infierno en la tierra nuevamente.

El guía de pesca Amilton Brandao navega por el río Paraguay mientras el humo se eleva en el aire por el incendio en el Pantanal (REUTERS/Ueslei Marcelino)

Locales de la zona han expresado sus lamentos y comentado sobre las trágicas consecuencias que podría traer el fuego. Amilton, un guía de pesca local indicó: “Es difícil respirar. Es difícil para los recién nacidos. El calor es cada vez más fuerte”.

“El Pantanal ya está caliente y se vuelve más caliente, más seco, con humo, el tiempo se pone muy malo”. Los hombres guían al ganado a través de la llanura inundable, con la esperanza de tener más posibilidades de sobrevivir. “Por la forma en que viene el fuego, podría rodearlos y quemarlos hasta la muerte”, dijo Cleiton, un agricultor.

Los humedales del Pantanal, 10 veces más grandes que los Everglades de Florida, son el hogar de los jaguares, tapires, caimanes y osos hormigueros gigantes. Las escasas lluvias desde finales del año pasado han interrumpido las habituales inundaciones estacionales, aumentando la vulnerabilidad de la región a los incendios.

Vista de un mono quemado entre la vegetación calcinada (REUTERS/Ueslei Marcelino)

En noviembre del año pasado, la carretera BR-262, en el corazón del Pantanal brasileño, era cercada por olas de fuego en cuestión de segundos, mientras los bomberos se abrían paso entre la maleza para cortarles el paso. Los incendios arrasaban el mayor humedal del planeta, también en una época atípica, ya que también en ese entonces no llovía.

Hoy día, a medida que la región se aproxima a la estación de mayor riesgo de incendios forestales, que suelen alcanzar su punto álgido en septiembre, los expertos advierten de que los fuegos en lo que va de año son peores que los de principios de 2020, cuando ardió un tercio del Pantanal.

Más de 3.400 kilómetros cuadrados del Pantanal han ardido desde el 1 de enero hasta el 9 de junio, la mayor cantidad de la que se tenga registro, según el programa de vigilancia por satélite de la Universidad Federal de Río de Janeiro, con datos que se remontan a 2012.

Una imagen desde un dron muestra el humo de un incendio que se eleva mientras los árboles arden (REUTERS/Ueslei Marcelino)

El contraste con las inundaciones récord en Río Grande do Sul, tres estados hacia el sur, es chocante. Estas provocaron la muerte de 175 personas y la desaparición, por ahora, de 38 personas. Las intensas lluvias en este territorio provocaron las peores inundaciones en décadas.

Pero los científicos han aclarado que se trata de un mismo fenómeno: un patrón de El Niño inusualmente fuerte, empeorado por el cambio climático. ”El cambio climático ha potenciado El Niño”, dijo Michael Coe, científico del clima del Centro de Investigación Climática Woodwell. “Ahora estamos en un ámbito diferente”.

El gobierno brasileño ha declarado emergencia medioambiental en el Estado. De acuerdo con el Instituto Brasileño de Meteorología, se ha agravado la situación de sequía en el país latinoamericano debido a la baja temporada de lluvias, que solo ha reportado el 40% de la precipitación que se esperaba.

(Con información de Reuters y EFE)