Los pobladores de la ciudad de Manta, en la provincia costera de Manabí a 194 kilómetros de Guayaquil, fueron testigos de un significativo despliegue militar y policial en respuesta a la creciente ola de violencia criminal que aqueja a la urbe. Las fuerzas del orden arribaron a la ciudad en cumplimiento al Decreto Ejecutivo emitido el 3 de junio por el presidente de Ecuador, Daniel Noboa. Tropas del Ejército y unidades élite de la Policía Nacional comenzaron a patrullar las calles de la ciudad, que ha sido duramente golpeada por la presencia de bandas narcoterroristas.
En el decreto, el presidente Noboa ordenó al Ministerio de Defensa Nacional y al Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que se establezcan temporalmente en Manta. Del mismo modo, el Ministerio del Interior y el Comandante General de la Policía Nacional deben coordinar para que la Comandancia General de la Policía y otras dependencias pertinentes también se ubiquen temporalmente en esta ciudad portuaria.
Según recogió Primicias, desde la base aérea Eloy Alfaro, convoyes militares con artillería pesada y tanques comenzaron a patrullar las avenidas y calles principales de Manta. El primer operativo militar tuvo lugar en el barrio La Pradera, una zona conocida por su alta criminalidad y escenario de un ataque armado reciente que dejó cinco muertos y siete heridos.
La violencia en Manta ha alcanzado niveles alarmantes, incluyendo el asesinato del asambleísta alterno Christian Nieto y su esposa el pasado domingo. Estos eventos llevaron al presidente Noboa a trasladar a la cúpula policial y militar a Manabí, una de las siete provincias bajo estado de excepción por la inseguridad. Según datos de la Policía, recogidos por Primicias, en Manta y Portoviejo se registró el 68% de las muertes violentas registradas contabilizadas este año. De estas el 94% corresponde a asesinatos por violencia criminal.
El presidente Noboa, según indicó la Presidencia, se trasladará personalmente a Manta y Guayaquil para liderar las acciones de seguridad.
El pasado 30 de mayo, el general Freddy Sarzosa, director general de investigaciones de la Policía, indicó que la presencia de las fuerzas del orden en Manabí, provincia bastión de Los Choneros, ha desatado la confrontación de grupos terroristas en la ciudad de Manta. Sarzosa enfatizó en que, en respuesta a la presencia de los agentes de seguridad, la banda narcoterrorista Los Lobos, contrarios a Los Choneros, se ha fraccionado.
El Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, en el 2023, determinó que Manta es el “business center del crimen organizado”, esto porque los negocios que organizaciones criminales locales y transnacionales, así como ciertos políticos establecen en esta provincias sirven para insertar sus ingresos ilícitos en el sistema económico formal. En Manta, por ejemplo, la inversión en los sectores inmobiliario, gastronómico, industrial de la pesca y en el mercado de apuestas deportivas es notoria. El 40 % del sector inmobiliario se paga en efectivo, según Renato Rivera, director del observatorio. A esto se suman las empresas de captación de dinero (pirámides) que ofrecen incremento de capital en tasas de interés muy alto y en poco tiempo.
Desde hace 25 años, Los Choneros son parte de la escena delincuencial del Ecuador. La agrupación delincuencial, que suma al menos 12.000 miembros, habría perdido hegemonía frente a sus rivales Los Lobos, según el último informe de Insight Crime sobre esta banda.
En sus inicios, narra un informe policial, Los Choneros se dedicaban al microtráfico, pero “para el 2003, los Choneros se apoderaron completamente de la ruta del tráfico de drogas en la subzona de Manabí, encargándose de los traslados de droga desde Colombia hasta la zona costera del país”. A pesar de que a inicios de la década del 2010, la banda estuve en auge, tras el asesinato de alias Rasquiña, que lideraba la organización criminal, Los Choneros empezaron a tener pugnas con antiguos aliados.