Un nuevo estudio advirtió sobre los efectos negativos de los monocultivos forestales en Chile

Los cultivos de pino y eucalipto reemplazan el bosque nativo, propician incendios, aceleran la sequía y contribuyen al calentamiento global

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Según el informe, casi el 40% de la pérdida de bosque nativo chileno se debe a plantaciones forestales.
Según el informe, casi el 40% de la pérdida de bosque nativo chileno se debe a plantaciones forestales.

(Desde Santiago, Chile) En junio de 2022, Chile aprobó una nueva Ley Marco de Cambio Climático (LMCC) que estableció que el Estado no incentivará el monocultivo forestal como medida de compensación contra el cambio climático. La ley establece una meta nacional que propone alcanzar la carbono neutralidad a más tardar el 2050, al reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia a los efectos adversos del calentamiento global, incentivando la restauración de bosques nativos.

Dicha exclusión no fue bien recibida por organizaciones gremiales del sector forestal, las que desde 1974 y durante más de 40 años gozaron de incentivos económicos que promovieron la expansión de plantaciones forestales en el país, las que actualmente abarcan 3,1 millones de hectáreas, 93% de las cuáles corresponden a pino radiata y eucaliptos.

Hace unos días, especialistas chilenos del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, publicaron un estudio con la evidencia que existe en el país sobre cómo estos monocultivos forestales han desplazado a las de bosques nativo, y el efecto negativo que tienen en la lucha por mantener sano nuestro medio ambiente.

Pérdida de bosque nativo

Según los datos analizados en el informe, entre los años 2001 y 2019 se perdieron en Chile 450.000 hectáreas de bosque nativo, que fueron reemplazadas en un 38% por plantaciones de pinos y eucaliptos. El uso agrícola también contribuyó en menor medida, representando un 20% de la pérdida.

Dichas plantaciones tienen un impacto notable en las emisiones de carbono. Aunque capturan CO2, prácticas como la tala rasa y los incendios para despejar las tierras liberan el carbono almacenado en los árboles a la atmósfera, acelerando el calentamiento global.

Dado que muchos productos derivados de la madera tienen una vida útil corta, el carbono se devuelve más rápido a la atmósfera. Según datos del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, del Ministerio del Medio Ambiente, las plantaciones forestales en Chile han sido consistentemente una fuente neta de carbono, a diferencia de los bosques nativos que son más efectivos en la captura de carbono a largo plazo.

Sequía

Desde hace al menos 15 años, Chile sufre la peor sequía de su historia y los monocultivos, además, tienen un impacto negativo en los recursos hídricos. Diversos estudios demuestran que las plantaciones de pinos y eucaliptos tienen una mayor evapotranspiración que los bosques nativos, lo que reduce los caudales de agua en las cuencas donde se encuentran.

El estudio del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 analizó 25 cuencas forestales en la zona centro-sur de Chile y estimó un descenso del 18% del caudal anual al incrementarse en un 50% el área de cobertura de monocultivos.

Incendios

Debido a su densidad y composición, los terrenos forestados facilitan además la propagación de incendios de gran magnitud. Según las estadísticas de incendios forestales de CONAF, en el año 2023 el 52% del área quemada fueron plantaciones forestales y el 15%, bosques nativos.

Si bien el origen de los incendios es principalmente antrópico, ya sea por accidente o intencionalidad, la homogeneidad, continuidad y carga de combustible en el paisaje que provocan las plantaciones forestales, son factores clave que determinan la severidad y tamaño de estos eventos. Además, dichos incendios no solo destruyen las plantaciones de bosque nativo aledañas, sino que también contribuyen a la liberación de carbono y a la degradación de los ecosistemas.

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