Brasil, que enfrenta la peor epidemia de dengue en su historia, registra en lo que va de año un récord de 3.039 muertes por la enfermedad, casi tres veces las contabilizadas en todo 2023 (1.179), que era hasta ahora el año con más decesos por el virus, informó este viernes el Gobierno.
El número de muertes puede ser aún mayor debido a que no incluye los 2.679 fallecimientos en investigación, según el último boletín epidemiológico divulgado por el Ministerio de Salud.
El número de casos probables, que superan las peores previsiones del Gobierno, también es récord, con 5,2 millones hasta este viernes, más de tres veces los registrados en todo 2015 (1,6 millones), que era hasta ahora el año con más infecciones.
El ritmo de contagio, sin embargo, se ha desacelerado fuertemente tras el final del verano, que es la época con mayor incidencia por el calor y la humedad, condiciones que favorecen la proliferación del Aedes aegypti, el mosquito transmisor.
Según el Ministerio de Salud, el número de contagios viene cayendo gradualmente desde finales de marzo y en la última semana se ubicó en 101.853, tras haber alcanzado un récord de 427.940 en la tercera semana de marzo.
La gravedad de la actual epidemia se atribuye a los efectos del fenómeno climático de El Niño, que elevó las temperaturas y aumentó las lluvias en todo el país.
En medio de la epidemia, Brasil se convirtió en febrero en el primer país del mundo en ofrecer la vacuna contra el dengue a través del sistema público de salud, aunque el bajo número de dosis a disposición ha limitado su aplicación solo a niños y adolescentes.
Los nuevos temporales agravan las inundaciones
En otro orden, los temporales que castigaron el sur de Brasil entre el jueves y este viernes agravaron las inundaciones que registra la región en las últimas tres semanas, con el agua volviendo a ocupar barrios de algunas ciudades en los que sus habitantes ya habían vuelto para limpiar las viviendas.
El nivel de las aguas del río Guaíba, que baña Porto Alegre, la capital del estado de Rio Grande do Sul y una de las ciudades más afectadas por las inundaciones, subió este viernes hasta los 4,05 metros, un metro por encima de la cota de inundación, con lo que volvió a anegar algunos barrios del centro de la ciudad.
El nivel del río llegó al récord de 5,35 metros a comienzos de mayo y desde entonces venía bajando, por lo menos hasta 3,93 metros el jueves, por lo que algunas personas con viviendas inundadas habían regresado para intentar salvar lo poco que les quedaba y comenzar el proceso de limpieza.
Las lluvias habían cesado en los últimos días, pero volvieron a caer con fuerza el jueves cuando los servicios de meteorología emitieron una alerta por tempestades, granizo y fuertes vientos y recomendaron a las personas en áreas de riesgo buscar lugares seguros.
Como el sistema de bombeo contra inundaciones de Porto Alegre está en colapso y el alcantarillado, tapado con basuras y escombros, el agua comenzó a salir en gran volumen por las alcantarillas en áreas en que las aguas ya habían bajado.
El último boletín de la Defensa Civil no registró modificaciones con respecto al número de muertos (164) ni de heridos (806), pero sí redujo de 72 a 65 el número de desaparecidos.
(Con información de EFE)