(Desde Montevideo, Uruguay) - El ex presidente uruguayo José Mujica inició hace dos semanas las sesiones de radioterapia para tratar el cáncer de esófago que lo afecta. El tumor que tiene es maligno y no está extendido a otros órganos, pero el tratamiento ha afectado el ánimo del ex mandatario, que no ha dejado sus actividades de militancia.
El histórico dirigente del Frente Amplio estuvo días atrás en un evento homenaje a Danilo Astori, quien fue el vicepresidente durante su gestión, y dio detalles sobre el efecto de su tratamiento. “Ando jodido, a la miseria. El tratamiento ese que me están haciendo es como una biaba todos los días, entonces no puedo con las patas”, dijo en una rueda de prensa.
El tratamiento de Mujica tiene estipuladas 30 sesiones de radioterapia en total y el ex mandatario ya ha cumplido con cerca de la mitad, aunque reconoce estar agotado.
“Estoy cansado. Estoy como burro de panadero, antiguo, que hacían repartos, que paraba en todas las paradas sin que lo mandaran”, comparó el ex mandatario.
Las opciones para tratar el tumor maligno son la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia. La médica personal del ex presidente, Raquel Pannone, elogió la última opción para no alejar a Mujica de su hogar ni de la militancia. Además, una enfermedad inmunológica que lo aqueja hace años alejan la posibilidad de hacerse una cirugía.
La esposa de Mujica, Lucía Topolansky, también había recurrido a una comparación para hablar de su ánimo. “El problema que tiene una radioterapia fuerte es que te bajan las defensas y si te agarrás una gripe… sería una lástima. Entonces, hay que cuidar eso”, dijo días atrás, entrevistada en el noticiero Telenoche de Canal 4.
Topolansky destacó que su esposo intenta ponerle “voluntad” a su tratamiento y que, pese a todo, “anda bien”. El ex presidente continuó con actividades de militancia. “Él trata de seguir haciendo su rutina aunque está cansado, porque es como si te agarraran a piñazos la radioterapia. Para decírtelo en sencillo, porque los médicos te lo dirán de otra manera”, comentó.
Esta semana, Mujica participó de una nueva edición de la Marcha del Silencio, que recuerda los desaparecidos durante la última dictadura del país (1973-1985). Ese día, el dirigente también se había referido a su salud. “Es natural con la edad que tengo tener problemitas de salud. Uno es consciente de que estamos en la despedida. No porque nos guste, sino porque es infalible. Es un destino común que nos espera y hemos vivido bastante. Tenemos que dar gracias a la vida de haber llegado a la edad que tengo, con la vida que he tenido”, expresó ante los médicos.
Mujica también reflexionó sobre la causa por la que estaba marchando y valoró que es un asunto que se está “llevando somáticamente por el sentir de las nuevas generaciones”.
También fue autocrítico sobre los hallazgos de los cuerpos durante su gobierno y admitió que se pudo haber hecho más. “Siempre queda la sensación esa de que faltó mucho. Es un sentimiento de deuda. Nos quedan contradicciones, porque no tengo un sentimiento de rencor. Estoy muy viejo para tener rencor. Tengo el sentimiento de que la sociedad quiere saber la verdadera verdad. La verdadera justicia es la verdad. Eso es lo peor, porque es lo que queda enterrado. Es el derecho que tienen las familias a saber”, señaló Mujica.
El ex presidente también fue autocrítico con un comentario que expresó hace unos años, cuando afirmó que el tema terminará cuando mueran todos los que tienen información. “Me equivoqué. Después anduve por España y encontré gente de nuevas generaciones revolviendo huesos sobre cosas que habían pasado hacía 60, 90 años, antes de la guerra. Hay cosas que los seres humanos no olvidan más. Por eso hay heridas que conviene cicatrizar en una sociedad”, consideró.