(Desde Santiago, Chile) Junto con la llegada de las lluvias y el frío, una de las enfermedades respiratorias que no tardan en aparecer es la influenza. Hace un par de días, el Instituto de Salud Pública (ISP) reportó un preocupante aumento de casos - contabilizando 1400 pacientes en todo el país -, y este jueves se informó que cinco personas ya han fallecido en la región de Ñuble (450 kms al sur de Santiago), a causa de este perjudicial virus.
El primer caso es el de una niña de 6 años, quien tras ser diagnosticada fue derivada a su casa para continuar con el tratamiento. Su estado, sin embargo, empeoró y acabó falleciendo en el centro de salud de San Nicolás, tras ser llevada por una segunda vez. En el hospital Herminda Martín de Chillán, en tanto, fallecieron este miércoles una joven de 21 años y una mujer de 55 años, esta última debido a un “shock séptico foco pulmonar” causado por la influenza tipo A.
Finalmente, la madrugada de este jueves, un niño de 15 años y un hombre de 68 años también fallecieron en la UCI del Hospital Herminda Martín.
El doctor Max Besser, Subdirector de Gestión Asistencial del Servicio de Salud de Ñuble, mencionó que de los cinco pacientes muertos, “cuatro no estaban vacunados, por ende, el hincapié que hacemos nosotros como autoridades sanitarias, es que la población se acerque a vacunar”, según informó BíoBío.
Síntomas
Según el Observatorio de Medicina de la Universidad de Chile, esta infección respiratoria se transmite mediante gotitas de saliva que son expulsadas al toser, estornudar o hablar, así como por el contacto con superficies contaminadas con el virus. Puede presentar cuadros que van desde leves a graves, siendo los niños menores de 5 años, adultos mayores sobre los 65 años y mujeres embarazadas los principales grupos de riesgo.
El primer síntoma es la fiebre, que puede durar hasta una semana. A ello se suma cansancio o debilidad y los síntomas típicos de un resfrío. Los pacientes también suelen presentar dolor de cabeza, dolor al tragar y molestias musculares y en las articulaciones. A ellos se suman la tos, molestia a la luz, vómitos y diarrea. Cabe destacar que los problemas estomacales y la otitis son más frecuentes en niños y niñas.
En menores de 3 meses puede desarrollarse apnea y otras complicaciones respiratorias. Además, la influenza puede agravar síntomas de otras enfermedades base como diabetes, neumonía o la insuficiencia cardíaca.
Se divide en cuatro categorías: A, B, C y D. La más conocida es la influenza tipo A, ya que es la más común en seres humanos y es la causante de epidemias focalizadas o pandemias, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
La influenza de tipo B es la segunda más recurrente y solo se diferencia de la primera por presentar síntomas más leves aunque más duraderos. En tanto, la de tipo C es la que genera menos afectación de las 2 anteriores, sin siquiera alcanzar a provocar epidemias.
Finalmente, la influenza de tipo D se registra exclusivamente en ganado con posibilidad de traspaso a otros animales, pero no afectaría a los seres humanos según los estudios relacionados.
Prevención
Algunas formas de prevenir la influenza tipo A es a través de medidas de higiene, como el lavado frecuente de manos con agua y jabón, taparse la boca al toser o estornudar, utilizar mascarilla si se presentan síntomas de resfrío.
Sin embargo, la principal forma de prevenir esta infección respiratoria es mediante la aplicación de una vacuna anual. Año a año en la temporada de otoño-invierno, comienza la campaña de inoculación gratuita en Chile. Los principales grupos que reciben la vacuna son los siguientes:
— Niñas y niños desde los 6 meses hasta los 10 años.
— Embarazadas.
— Familiares de lactantes prematuros de menos de 37 semanas de gestación y de lactantes inmunosuprimidos menores de 6 meses de edad.
— Personas mayores de 60 años.
— Personal de salud.
— Trabajadores y trabajadoras de la educación preescolar y escolar (hasta octavo básico).
— Trabajadores y trabajadoras de plantas avícolas y criaderos de cerdos.
— Cuidadores de adultos mayores, y funcionarios y funcionarias de los Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM).
— Pacientes crónicos, entre 11 y 59 años, portadores de algunas condiciones de riesgo.
— Otros grupos prioritarios como trabajadores de establecimientos de atención cerrada, personas en situación de calle, recolectores de basura, transportistas, bomberos, funcionarios públicos, entre otros.