(Desde Montevideo, Uruguay) - El partido entre Peñarol y Atlético Mineiro por la Copa Libertadores recién había terminado con victoria para el equipo uruguayo y en el barrio Piedras Blancas se escucharon detonaciones. Podría parecer lógico: los hinchas estaban celebrando con fuegos artificiales el triunfo del carbonero. Eso fue lo que pensaron en una casa del barrio en la que una familia acababa de terminar la cena y estaba levantando la mesa. Pero se equivocaron.
Los integrantes de la familia –un hombre, su pareja, su hija y su nieto, de cuatro años– enseguida se dieron cuenta que la casa estaba siendo atacada a balazos, según informó el noticiero Telemundo de Canal 12. Los mayores se escondieron debajo de la mesa y le pidieron al niño que hiciera lo mismo, pero no lo logró a tiempo y se cayó al suelo. El niño fue alcanzado por una bala, que le impactó en la zona lumbar.
El abuelo del niño salió desesperado a la calle y frenó a un auto que pasaba para trasladar al menor hasta un centro de salud, donde fue internado. El niño está fuera de peligro. La bala quedó arrojada dentro de su cuerpo y los médicos evaluaban si sería conveniente operarlo.
En el lugar la Policía encontró más 14 casquillos de bala, que fueron arrojados por delincuentes que pasaron en un vehículo por el frente de la casa. Ahora los investigadores analizan cámaras de la zona y buscan testimonios para encontrar a los responsables de los tiros.
La principal hipótesis que manejan los investigadores es que los delincuentes intentaron atacar otra vivienda. La Policía piensa esto porque el abuelo del niño baleado vive hace 30 años en el barrio, es panadero y trabaja en un almacén de la zona.
La cantidad de niños baleados en Uruguay ha aumentado en el último tiempo. El hospital pediátrico Pereira Rossell registra un cambio de tendencia en estas cifras. “Antes era excepcional en el año tener dos o tres niños con balas. Hoy cada mes tenemos algún niño baleado”, declaró el director del centro de salud, Álvaro Galeana. “Hoy es más frecuente verlo y es algo que nos preocupa muchísimo”, señaló.
Cinco homicidios
El ataque a balazos a una vivienda tras el que resultó herido un niño de cuatro años se dio en un contexto de días violentos en Uruguay. En el país también se registraron cinco homicidios en las últimas 24 horas.
Dos asesinatos ocurrieron en el Cerro de Montevideo. En este barrio, sobre la hora 3 de la mañana del miércoles, un hombre se bajó de un vehículo y le disparó a otro que iba caminando, que quedó tirado en la vía pública y murió. Una vecina encontró el cuerpo cuando, por la mañana del miércoles, salió de su casa y llamó a la Policía, informó el noticiero Subrayado de Canal 10.
En el barrio Nuevo ParÍs, un hombre estaba en su auto cuando una persona se acercó en moto. Sin mediar palabras, le disparó tres veces a través de la ventanilla y lo baleó en el pecho y el abdomen. La víctima tenía ocho antecedentes y murió poco después del ataque, según medios locales.
Otro de los homicidios ocurrió en Tacuarembó, a más de 400 kilómetros de Montevideo. Un hombre de 31 años estaba junto a su esposa en la calle y recibió un llamado para que saliera. En la calle, se puso a discutir con quien se acercó hasta su casa. Esa persona le disparó y le provocó la muerte. Luego se fugó y es buscado por la policía.
El segundo homicidio en el Cerro ocurrió en la mañana del miércoles. Un hombre de 31 años fue asesinado a 12 cuadras del otro asesinado. La víctima fue atacada dentro del almacén y los investigadores averiguan si se trató de una rapiña o si hubo una discusión de por medio. Un adolescente de 17 años, que se presume que estaba en el lugar, fue baleado.
El quinto crimen de las últimas 24 horas ocurrió en el barrio Cruz de Carrasco. Un hombre fue atacado a balazos por dos personas que se acercaron a él en moto y luego escaparon. Fue trasladado al Hospital Pasteur, donde finalmente falleció.