(Desde Montevideo, Uruguay) - Los altos costos operativos que tiene producir cerveza en Uruguay, sumado al aumento de las importaciones desde Argentina y Brasil, provocaron el cierre de la planta que Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC) tiene en Minas, a unos 120 kilómetros de Montevideo. La decisión fue un “balde de agua fría” para los 150 trabajadores de la empresa.
En el comunicado de la decisión, FNC explica que el sector cervecero enfrenta en los últimos años “problemas de competitividad” frente a los productos que llegan desde los países vecinos, que derivan en una “migración hacia las latas importadas”. La compañía, según explica, opera con una “capacidad ociosa de más del 50%” en las cervecerías, algo que vuelve “ineficiente a la operación productiva”.
“Hoy estamos en una situación insostenible que nos obliga a tomar decisiones difíciles. Llegamos a esto a raíz de 4 factores principales: la creciente importación de latas de bajo costo que llegan a valores imposibles de igualar con las condiciones vigentes en Uruguay para la industria nacional; los altos costos de producción en Uruguay en comparación con otros países de la región; la menor escala de producción local y baja productividad; y la presión fiscal que es especialmente distorsiva en cervezas retornables”, dice el comunicado de FNC.
Estos cuatro factores son una combinación que llevaron a la empresa a “seguir buscando alternativas” para ser más competitivos con las marcas nacionales ante el aumento de las latas importadas, que tienen un “bajo costo”.
Hasta el momento de tomar la decisión de cerrar la fábrica de Minas, FNC tenía dos plantas operativas operando al 50% cada una. La decisión de las autoridades de la compañía fue concentrar en una sola planta toda la producción. “Con mucho pesar hemos decidido avanzar con el cierre de la planta de Minas y concentrar la producción en la planta de Montevideo”, comunican.
La firma asegura estar buscando “todas las posibilidades de reubicación y reinserción” de las 150 personas que trabajan en la planta de Minas.
“Esta situación nos duele mucho y durante mucho tiempo tomamos otras decisiones en el negocio para evitar llegar a este momento y en los últimos años hemos compartido nuestra preocupación con las personas involucradas. Sin embargo, la situación no ha mejorado y la pérdida de competitividad sigue siendo significativa”, expresan.
La Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), el sindicato del rubro, estima que hay unos 20 millones de litros de cerveza de producción externa que ingresan desde Argentina y Brasil y que compiten directamente con la mano de obra uruguaya. El presidente de este gremio, Fernando Ferreira, declaró a El Observador que se enteró del cierre en una reunión que mantuvo el viernes con los directivos.
“Nos cayó como un balde de agua fría”, comentó. El sindicato era consciente de las dificultades que atravesaba la industria, pero no esperaba una decisión de este tipo.
La planta de Minas cuenta con una plantilla de 150 trabajadores que envasan la cerveza Patricia de un litro y latas de Pilsen, Patricia, Norteña y Zillertal. La fábrica de la capital, en tanto, se encarga del envasado de cervezas de vidrio y cuenta con 500 operarios. “Es imposible que Montevideo absorba a los trabajadores de Minas”, comentó el sindicalista.
La Cámara de Industrias, en tanto, expresó su “profunda preocupación y alarma” una vez conocida esta noticia. La gremial empresarial aseguró en un comunicado que en los últimos días se han dado situaciones similares y que todas tienen una “causa común”: la “falta de competitividad para desarrollar la actividad industrial en el Uruguay”.
La FOEB tendrá una reunión este lunes mientras espera la convocatoria del Ministerio de Trabajo a una reunión tripartita. Luego, decidirá si va a una huelga general.
“Una vez más hacemos un llamado a la reflexión y principalmente a la acción de nuestras actividades presentes, ya que seguramente en los próximos meses asistamos a situaciones de la misma magnitud que hoy lamentamos”, dice el texto.