Aunque en los años más recientes Ecuador ha experimentado escenarios de violencia nunca antes vistos, los expertos coinciden en que la penetración del narcotráfico y el poder territorial que las bandas han ganado no es un fenómeno reciente, sino que lleva varias décadas sucediendo en el país. A esto se suma el abandono histórico del Estado, que no ha sido capaz de proveer de oportunidades y servicios básicos a los pobladores de las ciudades que hoy se conocen como las más violentas del país.
Ese es el caso de Durán, ubicada a 10 kilómetros de Guayaquil, donde los grupos delictivos que ahí operan cooptan a niños desde los 10 años y los introducen a un mundo de drogas, muerte y destrucción. Ese lugar, más recientemente ha sido catalogado como el almacén de la cocaína por la plataforma especializada en seguridad Insight Crime.
Su cercanía con Guayaquil favorece a las operaciones criminales de exportación de drogas, pero también muestra un contraste sobre la forma de vida. Mientras Guayaquil es un considerada la capital económica del país, con un alto flujo comercial y con élites empresariales y políticas, en Durán lleva casi 40 años en el abandono: “La realidad de Durán sobrepasa los límites de la precariedad. Según la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA), un 70% de la ciudad no tiene redes de agua potable y un 78% tampoco tiene alcantarillado. Las calles se inundan con la lluvia, las letrinas desbordan; y, en esas condiciones, cada familia necesita mensualmente un mínimo de USD 60 para abastecerse del agua que llevan los tanqueros”, se describe en una investigación de Tierra de Nadie, Periodistas sin Cadenas, Plan V, La Barra Espaciadora, Gestión Digital y Ecuador Chequea.
Hacia finales de 2023, en Durán se reportaron 453 homicidios lo que disparó la tasa de homicidios a 149 por cada 100.000 habitantes, casi el doble de la tasa en Guayaquil y más de tres veces la tasa promedio nacional.
El almacén de la cocaína del país
Si bien Ecuador no es un país productor de cocaína, sus puertos son claves para el tráfico de drogas hacia Centro, Norteamérica y Europa. El país se ubica entre los dos mayores productores del mundo, Colombia al norte y Perú al sur. La información recopilada por investigadores y analistas de información antinarcóticos indica que una gran parte de la cocaína producida en los departamentos del sur de Colombia, entre el 70% y el 80%, ingresa a través de la frontera norte de Ecuador. Este flujo de drogas se lleva a cabo a través de diversas rutas que atraviesan el territorio ecuatoriano con destino a mercados internacionales.
En ese contextos, Durán es como un microcosmos de Ecuador, según una reciente investigación de Insight Crime. Con una ubicación estratégica cerca del centro de narcotráfico en Guayaquil y con una larga historia de debilidades sociales y criminales, la ciudad se ha convertido en un terreno fértil para la actividad delictiva debido a su importancia en el tráfico de drogas. La pandemia del coronavirus fue el momento cuando las bandas que ahí operan se fortalecieron porque cuando las interrupciones en la cadena de suministro aumentaron, la presión sobre las rutas de distribución de la cocaína. En declaraciones para la plataforma especializada en seguridad, Renato Rivera, coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), explicó que la droga que debía exportarse ilegalmente durante los meses más álgidos de la pandemia quedó represada. Entonces, los Chone Killers, que nacieron como el brazo armado de Los Choneros, “cobró muchísima fuerza”.
Los Chone Killers son una banda delictiva surgida de Los Ñetas, una pandilla transnacional de origen puertorriqueño, que se dedica principalmente al narcotráfico. Operan en la provincia del Guayas, especialmente en ciudades como Guayaquil, Daule y Durán, con su principal centro de operaciones en el sector El Arbolito, al norte de Durán. Los Chone Killers también son conocidos por cometer sicariatos, robos y asaltos.
La violencia que enfrenta Durán proviene de las disputas entre los Chone Killers y los Latin Kings, según Insight Crime, pues “se disputan el control de las rentas criminales de la ciudad”. De acuerdo con la investigación, la “actividad criminal, así como la violencia, parecen concentrarse en el centro industrial que sirve como zona de bodegaje para las mercancías legales e ilegales que circulan por el puerto de Guayaquil”.
De acuerdo con el sitio especializado, los narcos utilizan al río que atraviesa Durán para contaminar con droga los contenedores de exportación que viajan desde y hacia los puertos de Guayaquil. Entonces, Durán “es el punto de llegada, de almacenamiento, de salida y de distribución de las mercancías ilícitas”, según Katherine Herrera analista política y especializada en seguridad pública, que habló con Insight Crime.
Un estudio policial sobre la situación del narcotráfico en el país, publicado en 2023, indicó que Ecuador cuenta con una extensa red vial que facilita el transporte de sustancias ilícitas desde las subzonas fronterizas del sur y este (Perú) y del norte (Colombia). No obstante, las organizaciones criminales tienen un interés particular en utilizar los puertos marítimos para exportar la cocaína, debido a su capacidad para manejar grandes volúmenes de exportación. Además, utilizan puertos artesanales para el envío de drogas a través de lanchas rápidas y semisumergibles hacia Centro y Norteamérica. En el caso del tráfico aéreo, se utilizan correos humanos, couriers y aeronaves no autorizadas para transportar la droga hacia destinos internacionales.
La escuela de sicarios
En el 2022, el medio británico The Telegraph reveló cómo operaban las escuelas de sicarios en Ecuador, estas relacionadas con la mafia albanesa. Niños desde los 10 años se reúnen en las canchas de barrios pobres de Guayaquil para aprender cómo manejar y rastrillar un arma. Este, según el medio británico, es el primer paso para que los jóvenes aspirantes a sicarios se unan a las bandas que compiten por el creciente mercado de cocaína en Europa. Esto no es exclusivo de Guayaquil, con los Chone Killers en Durán, se ha calificado a esa ciudad como la escuela para la formación de los gatilleros.
En Durán también empiezan a los 10 años y cuando son capturados a los 16 o 17 ya son responsables por varios asesinatos, contó el coronel de la policía, Jorge Hadathy, a France 24 en 2022. El Cerro las Cabras es uno de los puntos más álgidos de la violencia y del narco en Durán. Quienes habitan ahí no tienen muchas opciones: o se unen a las agrupaciones o viven con miedo bajo las reglas de la mafia.
De acuerdo con France 24, algunos personajes criminales como Junior Roldán alias JR de Los Choneros, declarado muerto en Colombia hace un año y Ben 10, líder de los Chone killers, provienen del Cerro Las Cabras. Ambos empezaron en el mundo criminal como sicarios.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su informe Violencia, niñez y crimen organizado, explica que la presencia de grupos delincuenciales “en las zonas o comunidades más pobres y excluidas suponen un riesgo para los adolescentes de estas áreas”. Los criminales aprovechan la vulnerabilidad y escasez de los habitantes de estos lugares para reclutar a los niños y adolescentes que a veces ven a la vinculación con estas bandas “como una oportunidad para generar ingresos e incluso para obtener reconocimiento y respeto”. En 2023, 33 menores fueron procesados por asesinato en la provincia del Guayas. Durán es la segunda ciudad más poblada de la provincia del Guayas, solo superada por Guayaquil.
Sin agua ni oportunidades
En Durán, 7 de cada 10 habitantes sufren pobreza por necesidades básicas insatisfechas, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, de hace 10 años. De acuerdo con la investigación de Tierra de Nadie, Periodistas sin Cadenas, Plan V, La Barra Espaciadora, Gestión Digital y Ecuador Chequea, Durán lleva 38 años sin agua potable. Allí, pequeños grupos con poder controlan el agua.
El especial periodístico indica que, la falta de servicios básicos, como el agua potable y el alcantarillado, en Durán ha creado un entorno propicio para actividades ilegales y una situación de desventaja para los ciudadanos. La ausencia de servicios básicos ha dado lugar a un “mecanismo perverso” en el que grupos armados aprovechan la falta de regulación para apoderarse ilegalmente de terrenos. Estos terrenos son luego vendidos clandestinamente por partes a precios elevados, generando ganancias significativas para estos grupos delictivos. Si los propietarios originales descuidan sus terrenos, los delincuentes los revenden a nuevos compradores, lo que perpetúa el ciclo de ilegalidad y violencia.
Este proceso contribuye al crecimiento clandestino de la ciudad, especialmente en áreas de asentamientos informales donde el gobierno no puede llevar a cabo obras públicas. La falta de acceso a agua potable también impulsa la demanda de servicios de tanqueros para suministrar agua, convirtiéndose en un negocio lucrativo para pocos pero vital para muchos: el 70% de los habitantes de Durán.